Quien alarga el paso, alarga el calendario

Hace unos años escuché a un doctor lo que para él era el cocktail perfecto contra el envejecimiento: optimismo, actividad y pastillas. Y hoy nos vamos a centrar en lo 2º: la actividad. Es mucho lo que se ha hablado ya y escrito sobre los beneficios del deporte en las edades avanzadas de la vida; hay quien incluso afirma que no sólo es bueno, sino imprescindible. ¿Y para qué nos sirve a los “mayores” el deporte? Lo cierto es que la especie humana siempre ha estado ligada a un factor común: la necesidad de movimiento para sobrevivir. Por ello, nuestro cuerpo está diseñado para moverse; tanto que nuestros órganos se han desarrollado (en la evolución) ligados al estímulo del ejercicio. Es decir, cuando nos movemos, activamos todos los órganos implicados en el movimiento (musculatura, huesos, corazón, metabolismo, sistema nervioso, etc.). Cuando el ejercicio es el adecuado, aquel para el que nuestro cuerpo ha sido diseñado, todos los órganos funcionan mejor, o dicho de otra forma: “Quien alarga el paso, alarga el calendario”. Y es que a todos nos viene bien andar, pasear, caminar, etc… para asegurarnos de que el ejercicio sea el adecuado, ya que el fin que pretendemos es mejorar la salud, y no ponernos en riesgo al realizar una actividad a la que no se esté acostumbrado; insistiendo en que cualquier etapa de nuestra vida es buena para comenzar a hacer ejercicio físico, y sin perder de vista que los beneficios del deporte se pueden conseguir a cualquier edad, con independencia de los hábitos previos. Es más, está comprobado que aquellos que han hecho ejercicio de jóvenes y luego lo abandonaron, consiguen beneficios más rápidamente cuando los retoman; mucho más que los que siempre han sido sedentarios. Y al hilo de la epidemia de sedentarismo que acecha nuestra sociedad actual, los datos no pueden ser más crudos: en mayores de 65 años, cada hora de sedentarismo eleva un 6,4% el riesgo de muerte cardiovascular. Reducir el tiempo sentado se asocia con un 48% menos de riesgo de fallecer por enfermedad cardiovascular en mayores de 65, según un estudio en el que participan Departamento de Educación Física, Deporte y Motricidad Humana de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el Imdea Alimentación y el Ciber de Epidemiología (Ciberesp), que se publica en el American Journal of Preventive Medicine. Esto significa que si logramos que los mayores mantengan un nivel adecuado de actividad física y reduzcan el tiempo que permanecen sentados, las muertes por causas cardiovasculares podrían reducirse considerablemente”, ha dicho David Martínez-Gómez, coautor del trabajo.

¿Y qué hay de la relación del deporte con la salud mental de los mayores? Pues que de las múltiples investigaciones hechas sobre los efectos del ejercicio en este sentido, todas apuntan al mismo sentido: el ejercicio tiene un efecto positivo sobre la depresión y la ansiedad, debido a una serie de sustancias que aumentan a nivel cerebral durante la actividad deportiva. Además se ha observado que este tipo de estímulo es positivo para actuar frente a otras enfermedades relacionadas con el sistema nervioso, como por ejemplo el Alzheimer. Pero de todos los efectos que se han descubierto sobre la salud mental, el más llamativo es que el ejercicio regular estimula la proliferación de neuronas cerebrales a partir de células madres existentes en algunas zonas del sistema nervioso central, retrasando el envejecimiento cerebral.

Dicen los expertos que los deportes más aconsejables para las penas mayores son caminar, montar en bicicleta, nadar, etc…

Yo me apunto, que quiero vivir al menos 100 años, ¿y tú por dónde vas a empezar?

Foto: Google imágenes

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