Se calcula que la mayor parte de los abuelos que cuidan todos los días de sus nietos lo hacen una media de 7 horas o lo que es lo mismo, prácticamente el equivalente de una jornada laboral.
Y no somos pocos los abuelos que ayudamos a nuestros hijos a sacar adelante a los más pequeños de la casa, nada menos que 1 de cada 4 jubilados cuidan a sus nietos a diario. Esto se debe fundamentalmente a la dificultad que hay en nuestros días para conciliar la vida laboral y la familiar, la crisis económica que ha experimentado nuestro país y que nosotros nos podemos permitir dedicarles nuestro tiempo.
Los mayores siempre hemos sido el pilar de la sociedad y por eso no nos extraña que algunos sociólogos afirmen que los nietos que tratan con nosotros, tienen un sentido de la unidad familiar mucho más acentuados. Al fin y al cabo, pasar más tiempo nos ellos, hace que nuestro vínculo sea mucho mayor , vivimos con ellos miles de experiencias y les enseñamos valores a veces olvidados en esta sociedad que se mueve tan rápido.
También ellos nos aportan muchas cosas, sentirnos útiles y jóvenes es una de ellas, pero además, nos hacen estar en forma física y mental.
Este tándem entre abuelos y nietos es maravilloso y beneficia a ambas partes, pero no debemos olvidarnos de un asunto importante, todo debe ser en su justa medida. Los niños necesitan compartir su tiempo también con sus padres y hermanos y los abuelos no podemos dedicar toda nuestra vida a los nietos, debemos tener nuestro espacio y hacer otro tipo de actividades con nuestra pareja, nuestros amigos o, incluso solos. La sobrecarga puede afectarnos más de lo que pensamos, por eso conviene saber dónde está el límite.