Compartir nuestro día a día con alguien nos ayuda a que nuestros hábitos de vida sean mejores o al menos a que conseguir que lo sean nos cueste menos esfuerzo que si lo intentamos solos.
Así lo demuestra un estudio del University College de Londres que ha sido publicado en el ”Journal of American Medical Association” y mediante el cual se entrevistó a 3.500 parejas mayores de 50 años a las que más tarde se les hizo un seguimiento.
Las conclusiones que se obtienen de este estudio son que muchos hábitos de vida saludables como hacer ejercicio, perder peso o dejar de fumar son más fáciles de conseguir cuando se vive en pareja y hay una voluntad conjunta.
Por ejemplo, siempre es más sencillo dejar un mal hábito, como fumar, si afecta a tu pareja que hacerlo por ti mismo. Del mismo modo, que es mucho más gratificante salir a hacer deporte con alguien, que practicarlo en solitario.
Comer sano, hacer gimnasia, ejercitar nuestra mente, no beber alcohol ni fumar son cosas que, evidentemente, podemos conseguir con mucho tesón y buena voluntad, pero lo cierto es que tener a alguien al lado que nos apoye en nuestras recaídas o que nos anime a continuar por el buen camino facilita mucho las cosas.
Pero aunque tener pareja sea clave para llevar una vida sana, también podemos apoyarnos en nuestros hijos, nuestros nietos y, por qué no, en nuestros amigos. Porque compartir la vida con alguien es maravilloso y ¡vivir solo no significa estar solo en la vida!
