Cumplir años no implica sentirse mayor y cada vez somos más los mayores con un espíritu joven. Las cosas han cambiado y el envejecimiento activo parece estar de moda. Está más que comprobado que hacer ejercicio regularmente, tener una dieta saludable o dormir bien son aspectos básicos y fundamentales para tener una calidad de vida óptima independientemente de la edad.
Pero ¿y nuestra cabeza? ¿hay alguna manera de ejercitarla? ¡por supuesto! Nuestro cerebro funciona muy parecido a nuestro cuerpo, cuanto más lo ejercitemos, mejor se sentirá y además lo notaremos en nuestra memoria, nuestro estado de ánimo y nuestra vida en general.
Estos son sólo algunos consejos prácticos para mantener, además de nuestro cuerpo, nuestro cerebro joven…
Dar clases de baile: es la combinación perfecta para ejercitar cuerpo y mente. Por una parte, el baile hace que movamos todos los músculos de nuestro cuerpo y por otra parte, debemos memorizar los pasos. Así que por sencillo que parezca requiere cierto esfuerzo mientras, por supuesto, nos divertimos ¿Hay algo mejor?
Leer mucho: bueno, o poco… por algo hay que empezar. Para los que estén menos acostumbrados existen novelitas cortas muy recomendables que te hacen pasar un rato entretenido y a la vez agitan nuestra imaginación. Para los que estén más acostumbrados hay obras magníficas que enganchan, entretienen y hacen disfrutar hasta la última página. En la sección “ver y leer” de mayormente.com hay excelentes recomendaciones de novelas, relatos históricos, de intriga, amor, suspense, etc.
Aprender un idioma: ¡nunca es tarde si la dicha es buena! Y ya que estamos con refranes, “el saber no ocupa lugar”. Pero es que además, los beneficios cerebrales son infinitos. Las personas que hablan uno o varios idiomas desarrollan demencias hasta 4 años más tarde que quien solo habla su lengua materna.
Aprender a tocar un instrumento musical: escuchar música aumenta nuestra capacidad intelectual, pero además, memorizar las canciones o sus notas musicales así como el interés que ponemos por aprender es un ejercicio magnífico para nuestro cerebro. Aprender a tocar y disfrutar de las melodías es un auténtico placer para los sentidos, basta con ser una persona muy constante para dejarnos llevar por el sonido de las notas.
