4 beneficios de tener una mascota en la tercera edad

Con motivo de la celebración del Día del perro, que se celebra el 22 de julio, hoy recordamos este texto. Que las mascotas aportan numerosos beneficios en la vida de las personas, es algo que hoy algunos aún desconocen. Quienes tienen una, saben perfectamente que ellas nos brindan compañía, cariño, afecto y alegría. Pero, como decimos, una gran parte de la sociedad aún desconoce los extraordinarios beneficios que producen las mascotas (principalmente perros y gatos) en sus vidas. Distintos estudios prueban que las personas que tienen mascotas viven más tiempo y con mejor calidad de vida que las que no las tienen.

A continuación, destacamos los efectos positivos que brindan las mascotas a las personas mayores.

1) Aumento de la autoestima:

La jubilación puede provocar en algunas personas un vacío, al que en ocasiones se le añade un sentimiento de dejar de ser útil; lo cual impacta profundamente en autoestima de esas personas. Las mascotas con sus requerimientos de atención y cuidados pasan a ocupar un lugar central en la vida de los ancianos, neutralizando drásticamente esa sensación.

2) Efecto socializador:

Las mascotas constituyen un factor de acercamiento entre personas en la calle, parques, etc. Es fácil entablar conversación aún con extraños cuando hay una mascota de por medio, fomentando así la socialización de la persona y motivándola, además, a salir de casa.

3) Disminución de la tensión y el estrés:

Si bien este efecto se manifiesta en todos los dueños de mascotas, es especialmente beneficioso en las personas mayores. Está demostrado que la sola cercanía de un perro o un gato produce una disminución de la ansiedad, por ejemplo, ante una noticia grave o un acontecimiento importante. Además, los perros y los gatos viven en el presente, no se preocupan por el mañana, lo que puede llegar a ser un concepto muy aterrador para una persona mayor; es por ello que un animal encarna ese sentido del “aquí y ahora” (¡recordemos esta importantísima pauta del mindfulness!) y tiende a contagiárselo a sus dueños. 

4) Estimulador de la salud:

Las mascotas demandan un mínimo de actividad física por parte de sus dueños, sobre todo los perros a los que hay que sacar a pasear varias veces al día. Está demostrado que realizar una rutina activa diaria es una de las acciones más difíciles de mantener en la tercer edad siendo éste uno de los factores de depresión y de desmejoramiento de la salud. Como hemos hablado en otras ocasiones, el ejercicio físico moderado pero permanente evita fracturas de caderas y mejora el funcionamiento cardiovascular, entre otros beneficios.
No obstante esto, si la persona tiene alguna complicación con su movilidad, la mascota ideal sería el gato, ya que no requiere paseos y brinda todos los efectos positivos antes mencionados.

Las mascotas ayudan a elevar la calidad de vida de las personas mayores. Por eso es importante alentar a nuestros conocidos – vivan o no solos – a tener una mascota. Inclusive, podríamos tomar el ejemplo de otros países donde es muy común tener animales domésticos en los hogares geriátricos o residencias de mayores como parte de la terapia; aquí en España también se realiza, pero por el momento no es algo muy extenddido. Por ello, hoy recordamos un evento que tuvo lugar hace unos meses, a favor de este movimiento:

Social Animals (la primera red social para las mascotas y sus dueños) y Pere López, etólogo canino y presidente de la “Associació Catalana d’Excursionisme Caní” (ACEC), contó en una charla los beneficios que aportan las mascotas en personas de la tercera edad. El encuentro tuvo lugar en una residencia de ancianos junto con un grupo de voluntarios y sus mascotas, acompañados por Elsa Anka y Octavi Pujades, y donde pudieron comprobar  en vivo y en directo los beneficios terapéuticos de los animales con este colectivo. 

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Durante los primeros minutos de la experiencia algunos de los mayores observaban a los perros ahí presentes con cierto reparo. “¿Y este experimento? No sé, no soy yo muy de perros”. Otros estaban realmente entusiasmados: aquellos nuevos amigos les hicieron sonreír al instante. Al cabo de un rato, el grupo de ancianos del centro Sant Gervasi Residencial que se animó a participar en la iniciativa, todos ellos, estaban encantados de poder recibir el cariño de los seis: Tap, Nuba, Ami, Ona, Yaab y Maggie.

Araceli Rodríguez fue de las primeras en animarse a interactuar con ellos. Ha tenido dos, adoptados, y los ha cuidado como miembros de la familia; se fueron cumplidos los 17 años. “Se sientan a tu lado, te dan cariño, te miran… Taffy parecía una persona. Y yo era alérgica a los perros, ¿eh?”. El último, un pastor alemán llamado Gos, terminó sus días ayudado de un ingenio con ruedas para sus patas traseras, que ya no podía mover por sí mismo. Un ejemplo de cómo el cariño de un perro puede remover el interior lo más profundo hasta de la persona más más recia lo encontramos en Ramón, el marido de Araceli. “No lloraba nunca, ni cuando nacieron nuestras hijas, pero tenías que verlo cuando Taffy se puso malita de los riñones y la llevamos a la clínica… Salió de allí llorando”.

Un perro te busca, te acompaña, te aporta gratitud y cariño y he comprobado que es el mejor amigo del hombre. Lo estamos viendo hoy aquí: aunque no te gusten los perros, la actitud cariñosa del animal incita a sacar el amor que uno lleva dentro. Tanto para la gente mayor como para los niños, estar cerca de perros como éstos estimula el nivel de dopamina, mejora la motricidad y ofrece confort a la persona. A los ancianos les ayuda también a mantener rutinas. En personas depresivas, las mejoras son muy evidentes

(PERE LÓPEZ Etólogo, adiestrador, técnico de terapias asistidas con perros y preside la Associació Catalana d’Excursionisme Caní)

Foto artículo: Andrés Guerra

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