El buen tiempo anima a los mayores y a cualquiera. Nos pasamos todo el largo invierno soñando con que los días sean más largos, salga el sol y nos quitemos los abrigos, hagamos más actividades al aire libre y cojamos un poco de colorcito en la cara para que se nos vea más favorecidos ¡y por fin ha llegado el momento!
La primavera es quizá la estación más bonita del año. El cambio de hora al que tanto nos cuesta adaptarnos al principio tiene también sus consecuencias positivas. Los días son más largos y aumentan las temperaturas, algo que resulta muy beneficioso para muchas cosas, ya que además de hacernos sentir más positivos y tener un estado de ánimo más optimista que en los días grises y fríos del invierno, mejora nuestra salud, ya que disminuye, por ejemplo, el riesgo de enfermedades respiratorias.
Con buen tiempo nos apetece hacer muchas más cosas como quedar con los amigos, vestirnos con colores más alegres, ponernos en forma, hacer más planes en familia e incluso, comer más sano, un ejemplo de ello, son las frutas de temporada, que siempre son más ricas y sabrosas ya que carecen de conservantes o las sopas y los potajes que ceden paso a los caldos suaves y las cremas frías tan apetecibles en estas fechas.
La luz natural es una maravilla y todo nuestro organismo lo agradece: la piel, la vista, los pulmones, el cerebro… no es de extrañar que con tantos beneficios físicos nos sentamos mucho más animados y no nos dé pereza hacer nada.
Los mayores ponemos al mal tiempo, buena cara, y al buen tiempo muchas ganas de disfrutar y pasarlo bien. La actitud ante la vida es más importante que la edad.
