La felicidad llega a los 80

Eso es al menos lo que confirma un estudio realizado por la Universidad de Londres y que ha sido publicado hace unos días en el Journals of Gerontology.

Y es que, tras analizar a más de 10 mil adultos, hombres y mujeres, de más de 50 años se obtiene que los mayores somos más felices que los jóvenes.

A un lado quedan los achaques en la salud o la ausencia de calidad de vida, es más, según este mismo estudio, los octogenarios se sienten todavía más satisfechos de su vida que los que tienen 50 o 60 años.

Parece que esta grata sensación de la vejez se debe a que cuántos más años cumplimos somos capaces de valorar mejor nuestros logros así como todo lo que hemos aprendido tras el sufrimiento, la derrota, la pérdida, etc.

Una vez llegamos a la edad madura, el sentido de la vida cambia, valoramos la salud como el bien más preciado, los problemas económicos de la juventud tienden a desaparecer sobre todo porque nos conformamos con menos y una visita de nuestros hijos vale más que la mejor de las joyas. Por eso, no es de extrañar, que cuando se le pregunta a un adulto mayor por su nivel de satisfacción ante la vida, la respuesta sea más que positiva.

Lo que está claro es que las prioridades de la gente varían con la edad y el significado de felicidad se entiende mejor a medida que cumplimos años y miramos hacia atrás con la satisfacción de haber pasado por muchas circunstancias, buenas y malas, pero de haber llegado hasta donde estamos con gracias a nuestro esfuerzo y nuestro tesón.

Así que ¡a ser felices! O por lo menos a intentarlo, ¿no?

Foto: Shutterstock

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