La buena memoria de nuestra piel

Llega el buen tiempo y a todos nos apetece lucir un tono bronceado en nuestra piel. Ese que tanto favorece y que hace que toda la ropa nos siente tan bien. Pero, ¡ojo! Hay que tener mucho cuidado con el sol y protegernos de los rayos ultravioleta.

La exposición directa al astro rey sin protección provoca daños que nuestra piel acumula día a día (y ”memoriza”) que derivan en envejecimiento prematuro de la piel, manchas, quemaduras, lesiones, alergias y, lo que es peor, cáncer. Estos daños en nuestra piel, a veces son irreparables.

Y es que, en las capas exteriores de nuestra piel tenemos un pigmento llamado melanina que se encarga de protegernos de los rayos ultravioleta (UV) del sol, que son, precisamente los que nos queman. Esto no quiere decir que broncearse sea malo, lo que hay que evitar son las exposiciones prolongadas al sol para que los rayos UV no penetren en las capas más profundas de nuestra dermis y dañen o maten las células de nuestra piel.

Para evitar estas situaciones debemos:

  1. Aplicarnos crema protectora al menos media hora antes de la exposición solar.
  2. Elegir el nivel de protección adecuado a nuestro tipo de piel y si tenemos duda consultarlo con nuestro dermatólogo.
  3. Ponernos protector solar a menudo y, por supuesto, siempre que nos bañemos (aunque sea resistente al agua)
  4. Buscar la sombra sobre todo en las horas de mayor intensidad lumínica que van desde las 12 del mediodía hasta las 16 de la tarde.
  5. Utilizar sombreros, gafas de sol e incluso ropa para protegernos.

Y no es ninguna broma, porque aunque parece que nunca nos va a tocara nosotros, se diagnostican cada año 3´5 millones de melanomas y 2 mil personas mueren debido a algún tipo de cáncer de piel. Por eso, debemos sensibilizarnos con este tema y tener claro que el sol en sí mismo es muy bueno para nuestro estado de ánimo, para nuestros huesos e incluso para nuestro aspecto, pero siempre debemos utilizar la protección adecuada, de este modo disfrutaremos de la playa y de la montaña sin riesgos.

Y si nuestra piel es sensible a los efectos de los rayos UV, la de nuestros nietos no es menos. Si son bebés no debemos dejarles en ningún caso expuestos al sol y, si sin un poco más mayores, existen cremas denominadas ”de protección total” que nos quitarán más de un quebradero de cabeza.

Así que, a la buena memoria de nuestra piel debemos retarla con una buena protección solar y con las cremas adecuadas y así, disfrutar del verano, que es maravilloso y ¡pasa volando!

Foto: Shutterstock

Comentarios

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