Hogeweyk fue una idea de Yvonne van Amerongen, una cuidadora con décadas de experiencia acompañando a pacientes con problemas cognitivos que junto con otros compañeros del sector empezó a darle vueltas a la creación de un hogar donde los enfermos pudieran vivir de la forma más parecida a como lo hacían cuando estaban sanos.
Según datos de la Asociación contra el Alzheimer, una de cada tres personas mayores manifiesta en la actualidad algún tipo de demencia antes de morir. Los casos de Alzheimer se han incrementado un 68% desde el año 2000 y lo peor de estas enfermedades degenerativas es que el proceso de encontrar los cuidados y la medicación adecuados para la persona enferma es complicado y agotador tanto para el paciente como para sus familiares.
Por eso, los arquitectos holandeses Molenaar&Bol&VanDillen decidieron poner en marcha este proyecto de Amerongen y crearon una villa diseñada específicamente para que personas con deterioro cognitivo puedan vivir con normalidad, y en un entorno seguro y controlado.
Y así surge en el año 2009 Hogeweyk, un conjunto de edificios situados en un recinto cerrado dentro de la ciudad de Weesp, en Holanda. Una pequeña villa en la que hay cafeterías, tiendas, restaurantes, jardines y, por supuesto, viviendas especialmente diseñadas para personas con Alzheimer. Un lugar sin riesgo alguno de perderse o de que les pueda ocurrir algo malo ya que los enfermos están las 24 horas supervisados por cuidadores expertos y al que no tienen acceso personas ajenas.
En algunas cosas, Hogeweyk no se diferencia en nada de una residencia de ancianos tradicional, ya que los mayores son atendidos y cuidados de forma parecida, lo innovador es que en esta especie de réplica de una ciudad en miniatura, los pacientes pueden hacer una vida mucho más normal que en un centro de mayores al uso, por ejemplo, ayudan a los cuidadores a cocinar, a cuidar las plantas, a limpiar, etc. de tal manera que se les da cierta autonomía y pueden sentirse útiles dentro de sus capacidades.
Esta idea de crear un lugar donde las personas con necesidades especiales puedan hacer una vida normal ha hecho que otras compañías se hayan interesado por este modelo. En Suiza, por ejemplo, se ha abierto una comunidad que imita el modo de vida de los años 50 y esperemos que el auge de este tipo de pequeñas ciudades aumente, ya que se trata de una excelente idea tanto para los enfermos como para sus familiares.