En España, cerca de 2 millones de personas mayores de 65 años viven solas y muchos ni siquiera reciben la visita de sus seres queridos, algo que les lleva en la mayoría de los casos a sentirse aislados.
Esto supone un grave problema, ya que muchos mayores pueden llegar a sufrir profundas depresiones; otros, que son dependientes, se enfrentan a ello sin que nadie les acompañe en su dolor y otros, ven como se agravan sus enfermedades sin recibir ningún tipo de ayuda ni cariño.
En ocasiones, se habla incluso de que exista cierta relación entre la soledad y el agravamiento de enfermedades cardiovasculares, hipertensión y demencias o lo que es peor, una muerte temprana, y es que la soledad obligada no es la mejor compañía.
Afortunadamente, existen colectivos como la Fundación Amigos de los mayores que tratan, precisamente, de combatir esas carencias afectivas que tienen muchas de las personas que viven solas con programas de acompañamiento, actividades y sensibilización.
También es verdad que somos muchos los mayores que a pesar de haber cumplido los 65 años nos sentimos bien, gozamos de una buena salud e intentamos tener una digna calidad de vida. Vivir solos, en este caso, no es algo malo, si no que nos puede hacer hasta sentirnos útiles y jóvenes.
