La mala circulación sanguínea afecta aproximadamente a 7 de cada 10 españoles. Se trata de una dolencia muy común, pero de la que no todo el mundo es consciente.
Si quieres saber si perteneces a ese 70% de la población con problemas de circulación y que todavía no ha acudido a su médico, lee con atención la lista de síntomas más comunes:
- Sensación de hormigueo: cuando esto ocurre es porque los depósitos de grasa están bloqueando las arterias, esto impide que la sangre fluya correctamente y notamos que nuestras extremidades se adormecen.
- Frío en las extremidades: a la sangre le cuesta más llegar a los extremos del cuerpo, esto produce un descenso de la temperatura en determinadas partes y por eso sentimos frío.
- Aparición de varices en las piernas: cuando algunas válvulas no funcionan bien y las paredes venosas son débiles, se acumula más sangre en las venas, lo que hace que se inflamen y dilaten, es lo que denominamos varices y guardan relación directa con tener una mala circulación. A veces, lo que vemos son muchas venitas muy finitas de color rojo o azulado, se denominan arañas vasculares y salen en la capa más superficial.
- Inflamación de manos y pies: suele ocurrir más en verano, ya que con el calor se produce una vasodilatación de las venas. Es importante observar si continúa porque podría tratarse de retención de líquidos u otras patologías.
- Cicatrización lenta de las heridas: esto se debe normalmente a que los glóbulos blancos que van en la sangre no van a la velocidad adecuada y la sangre no puede transportarlos, lo que hace que una herida tarde más en cicatrizar.
- Sensación de cansancio: esto es porque no llegan los nutrientes necesarios a nuestro organismo, esto nos hace tener más sensación de agotamiento.
En cualquier caso, y aunque no debemos alarmarnos, lo correcto, si tenemos cualquiera de estos síntomas es acudir al médico, ya que sabrá detectar mejor el problema y, si fuera necesario, podría darnos una medicación adecuada que nos hiciera sentir mejor y sobre todo estar más saludables.