Para 4 personas se necesita: media sandía, mermelada de arándanos, granadina, 150 gramos de frutos rojos, 4 hojas de gelatina, azúcar (preferiblemente moreno) y agua. Cómo prepararlo: ponemos la sandía junto con la granadina y el azúcar en un bol y lo batimos todo. A parte, dejamos en remojo las hojas de gelatina hasta que se ablanden (en agua fría) y una vez que ocurra esto, las metemos en una cazuela con agua a fuego lento. Una vez disueltas, las pasamos por un colador y añadimos el zumo de sandía que hemos preparado antes y todo junto lo dejamos congelar durante una hora. Una vez congelado, lo raspamos con un tenedor hasta adquirir la textura del granizado y añadimos la mezcla de mermelada de arándanos y los frutos rojos. Esperamos unos 20 minutos para que el sabor se mezcle bien y lo servimos en copas.

Si tenemos nietos pequeños este postre les va a gustar mucho. Para los mayores los mayores también es muy rico y fresquito en estos días de calor. Para 4 personas sólo necesitamos: 4 yogures griegos, un bote de unos 100 gramos de nata para montar, azúcar y lacasitos (o, en su defecto, cualquier otro adorno de pastelería con o sin azúcar, pero con muchos colores para que quede más vistoso el postre). Cómo prepararlo: mezclamos en un bol los yogures, la nata y el azúcar hasta conseguir una mezcla homogénea. Después, dejaremos en la nevera un par de horas removiéndolo un poco cada media hora para que adquiera una textura cremosa. Pasadas las dos horas, añadimos los lacasitos y los mezclamos bien antes de meter el recipiente en el congelador. Una vez congelado y antes de servir, decoraremos el helado añadiendo algunos lacasitos más por encima. Un postre fácil, divertido y muy rico tanto para los más pequeños como para nosotros.

En media hora podemos conseguir un postre rico, nutritivo, barato y que nos dejará a la altura de los grandes maestros pasteleros. Para hacerlo necesitamos: ocho galletas, mantequilla, chocolate blanco, mermelada de fresa, y fruta variada (kiwi, sandía, melón, manzana, pera, etc.) Cómo prepararlo: se mezclan bien las galletas y la mantequilla hasta que consigamos una masa uniforme y lo ponemos sobre un plato como si se tratara de la masa de una pizza. Una vez que esté bien extendida la metemos en el frigorífico mientras preparamos el resto de los ingredientes. Pelamos y cortamos la fruta en daditos para que sea más fácil de comer y la dejamos en un plato a parte. Más tarde, rayamos el chocolate blanco y lo colocamos en otro recipiente. Cuando la base de nuestra ”pizza” esté fría, la sacaremos de la nevera y extenderemos por encima la mermelada de fresa. Sobre ella, colocaremos los trozos de fruta hasta rellenar toda la masa y espolvorearemos el chocolate rayado. Si nos gusta que esté fresquita podemos meterla de nuevo en la nevera un rato y si nos gusta la fruta del tiempo, se puede comer así directamente. Se trata de un postre muy sencillo, pero que está buenísimo y además da muy buena presencia en la mesa.