Cuando se llega a determinada edad, o las condiciones físicas empiezan a no acompañar, la mayoría de los mayores se ven ante una encrucijada, cuyas dos únicas salidas son: irse a vivir con alguno de sus familiares, generalmente los hijos, o bien marcharse a una residencia. Para muchas personas, ninguna de las dos es del todo satisfactoria y, tanto ellos como sus familiares, sufren por no poder encontrar una solución con la que de verdad estén conformes todas las partes.
Consciente de ello, Kenneth Dupin, presidente de la empresa MedCottage, decidió desarrollar una alternativa que, sin duda, puede ser la solución perfecta para muchos. Se trata de un avanzado diseño de viviendas unifamiliares, diseñadas especialmente para mayores, que se pueden construir en cualquier parte; aunque están pensadas para ser instaladas en el jardín anexo a la casa de algún familiar.
Cuentan con un sistema domótico que se puede manejar desde un ordenador o teléfono móvil, están equipadas con instrumentos médicos necesarios para controlar la salud y los datos que recogen son enviados directamente al centro médico correspondiente. No hay puertas ni impedimentos para la movilidad dentro de la vivienda; del mismo modo, el suelo es relativamente blando, para minimizar las posibles caídas. También ayuda que el perímetro del suelo permanezca siempre iluminado por pequeños LED, evitando los posibles despistes nocturnos.
Aunque no cuentan con instalación de gas, los pequeños “cottage” tienen una cocina con nevera y microondas y, como mínimo, un salón, un dormitorio y un baño. Todo lo que hay en el interior -frio, calor, luz…- se puede controlar de forma privada con respecto a la casa donde está instalada la pequeña vivienda. De este modo, sus ocupantes consiguen una intimidad total, con todas las ventajas de tener cerca a la familia. Un lujo que, en Estados Unidos, ya está al alcance de quienes posean unos 100.000 euros y una pequeña parcela para poder instalarla.
