Los mayores de 65 años comparten hasta 7 veces más noticias falsas en redes sociales

Las redes sociales se han convertido en fuente privilegiada para adquirir información y es ahí donde las «fake news» han hallado su perfecto espacio de difusión y campan a sus anchas. La difusión de noticias falsas o bulos, suele aumentar especialmente en periodos de alto interés informativo y pueden influir en la opinión pública, por ejemplo, en procesos electorales. Las noticias manipuladas encuentran así en las redes sociales un medio fácil y rápido para propagarse: su contenido no es comprobado, los titulares son llamativos y desconcertantes pero satisfactorios para ciertas ideologías, y alcanzan a un gran número de personas.

Sin embargo, hasta ahora no estaba claro qué grupos de personas son más proclives a compartir este tipo de información. Un reciente informe, realizado de manera conjunta entre expertos de las universidad de Nueva York y Princeton, subraya que los ciudadanos estadounidenses de mayor edad son «más propensos a compartir noticias falsas»; el rasgo más destacado del estudio es que las personas con 65 años o más compartieron siete veces más noticias que las generaciones más jóvenes. Esto, como entienden los responsables del estudio, puede deberse a que esta generación carece del nivel de alfabetización digital necesario para determinar la veracidad de las noticias ‘online’. Otro motivo que puede explicar esta tendencia en los mayores es la pérdida de memoria. Los autores explican que “la memoria se deteriora con la edad de una manera que socava particularmente la resistencia a las ‘ilusiones de la verdad’.

El mayor peligro de esas falsas informaciones o bulos, es su apariencia de veracidad, algo que en España hace que solo un 14 % de los españoles sea capaz de distinguir una «fake news», aunque un 59,5 % piense que pueden hacerlo. Creemos que los resultados del estudio podrían ser útiles para las organizaciones que trabajan para combatir la propagación de noticias falsas en línea, y así ayudar a desarrollar estrategias para prevenir la desinformación a través de redes sociales.

Y mientras tanto, aquí unas pautas sencillas y útiles para evitar que te la cuelen…

10 cosas en las que fijarte para evitar picar

- Un titular exagerado. Deben llamar la atención desde el principio, así que recurren a exageraciones, conclusiones demoledoras, se escribe en mayúsculas, con profusión de interrogaciones y exclamaciones…

- La dirección url. A veces se manipulan las direcciones url de periódicos o sitios web reconocidos para que, a primera vista, puedan llegar a engañar a un usuario despistado. A menudo suplantan entidades de todo tipo, (hasta la Policía). Una noticia escandalosa que está en una url similar a una página famosa debe llevarte a sospechar: puede ser otro indicio de noticia engañosa

- Las imágenes. Son cuidadosamente seleccionadas para captar la atención del lector, están retocadas o no corresponden a la noticia en cuestión: están sacadas de contexto. Facebook recomienda hacer una búsqueda de la foto o imagen para comprobar su procedencia: es un buenísimo consejo, puedes hacerlo por ejemplo, usando el buscador de imágenes de Google

- Errores tipográficos y faltas de ortografía. Errores en las fuentes, en el tamaño de la letra, suma de faltas… deben darte que pensar: ¿es una fake news?

- La  fuente. ¿No está firmado? ¿De dónde viene la noticia? ¿Conoces la fuente, la agencia o la página que la publica? ¿Es un medio fiable? ¿Sólo aparece en una página? Es un problema gravísimo… y ¿nadie más se ha hecho eco de la noticia? No te fíes sin más: comprueba quién hay detrás de esa página.

- Mira la fecha. A veces no es estrictamente falsa, solamente que recoge algo que sucedió hace años, una alerta que ya no es tal, las conclusiones de un estudio que ya han sido rebatidas o superadas… y simplemente vuelve a publicarse por descuido, omisión, intencionadamente, o porque en su día fue un éxito y simplemente se buscan los clic, sin importar que ya no tenga sentido.

- Argumentos de autoridad… indemostrables. Alertas basadas en un eminente doctor de un hospital que no existe, o un profesor de una Universidad que sí existe, pero nada tiene que ver con el asunto: todo muy sospechoso, así que no te lo creas.

- Testimonios dudosos. Personas que han sido víctimas de la terrible noticia o que han vivido en sus propias carnes el milagro del que hablan… o fotos de personas conocidas sacadas de contexto: un clásico en los bulos.

- Premios, dinero, sorteos o regalos… ¿En una noticia? son señuelos que utilizan a menudo estos bulos. No piques.

- Distínguelas de las bromas. Las bromas, sátiras o parodias son otra cosa diferente a los bulos y fake news: suelen venir de páginas especializadas en parodiar situaciones, a veces de actualidad, y se nota porque estará escrito en clave humorística. ¿Será una broma? Sí, probablemente si su finalidad es distraerte y hacerte reír, no engañarte.

Y la clave de todo: combátelos con información: seguir en redes sociales a diversos organismos como la Policía Nacional, la Guardia Civil, o Maldito Bulo que realizan una grandísima labor social, ya que continuamente alertan de bulos a través de sus perfiles, usando a menudo el hashtag #StopBulos. Infórmate y que no te pillen despistado.

 

 

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