Subsidios por el cuidado de nietos

Conciliación, horarios flexibles, teletrabajo… ser padres y enfrentarse a jornadas laborales es, cuanto menos, difícil y, en la mayoría de los casos, una realidad posible gracias a que los siempre dispuestos abuelos, una vez después de haberse jubilado, disfrutan de su muy merecido descanso compaginándolo con el cuidado de los nietos.

Consciente de todas estas realidades, Renata Kaczmarska -coordinadora del Programa de Familia de la ONU- ha solicitado que se promuevan subsidios destinados a abuelos-cuidadores. De este modo, pretende que se potencie la solidaridad intergeneracional y que se avance notablemente en materia de conciliación laboral; dos puntos claves para potenciar la familia, algo imprescindible, según palabras de la propia Kaczmarska, para que la sociedad y las empresas avancen de manera positiva.

Además, no cabe duda que, de este modo, se reconocería el esfuerzo de tantos mayores que entregan su tiempo a una labor que, para otros, está remunerada. Como es obvio, para la mayoría de ellos criar a los pequeños es un acto desinteresado e incluso todo un placer; pero no está de más que se premie su valioso trabajo.

Otro de los grandes retos de retos para la ONU es conseguir que los jóvenes que desean formar una familia puedan hacerlo, pese a los problemas laborales y económicos que atravesamos. Para ello, Kaczmarska  propone también flexibilizar los horarios y ampliar la baja por paternidad; eso sí, premiando a las empresas que se animen a institucionalizar estas medidas, comprometiéndose así con la promoción de la familia.

No será fácil conseguir que se establezcan cambios de este calibre, es necesario que se transformen mucho la mentalidad empresarial y el enfoque sobre la importancia real que tiene la pervivencia y el desarrollo de la estructura familiar. El cambio tampoco será rápido; prueba de ello es que, hasta el momento, sólo el 10% de las empresas españolas pueden considerarse como “familiarmente responsables”.

Para Nuria Chinchilla -profesora y directora del Centro Internacional de Trabajo y Familia IESE- el problema radica en que “Las empresas aún no entienden que la conciliación es la única forma de sostenibilidad”. Para Chinchilla la solución pasa también por un cambio importante en la estructura horaria de los trabajadores que, probablemente, funcionaría mejor asemejándola a la europea; con jornadas continuas.

Sea como fuere, nos alegramos de que nuestros abuelos sean reconocidos -aunque por ahora sea sólo sobre el papel- y de que no se dejen de estudiar medidas para lograr el tan deseado bienestar familiar.

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