Ser un buen abuelo es una cuestión genética

Según un grupo de investigadores de la Universidad de California, la mayoría de los abuelos estamos perfectamente preparados para ayudar a nuestros hijos en el cuidado y la educación de nuestros nietos y, al parecer, nuestra salud también está evolucionando y adaptándose a las circunstancias.

Los expertos han comparado nuestros genes con los de los chimpancés y han encontrado en los nuestros niveles cuatro veces más altos del gen que codifica la proteína CD33, encargada de que funcione correctamente el sistema inmunitario en nuestro organismo.

También encontraron con este mismo estudio variaciones de genes implicados en la prevención del deterioro cognitivo, algo muy positivo para los mayores, ya que supone un avance en la lucha contra las enfermedades neurodegenerativas.

Los investigadores coinciden en que los genes van evolucionando en función de las necesidades del ser humano, y parece que en este caso lo hacen protegiendo a los más mayores con el fin de que podamos seguir ayudando a cuidan a los más jóvenes y transmitiéndoles nuestra sabiduría a las nuevas generaciones.

Con este estudio, la genética confirma que los abuelos nos desvivimos por nuestros nietos y que la naturaleza es sabia porque está más que demostrado lo bueno que es tanto para niños como para mayores que exista una estrecha relación entre nosotros.

Que en nuestro día a día estén incluidas actividades como ir a llevarles y a recogerles al colegio, quedarnos con ellos en vacaciones e incluso ayudarles con los deberes, es algo más que beneficioso para ambos. Así que, nos encanta este estudio de la Universidad de California y ojalá la genética de los mayores, que por cierto, cada vez estamos mejor y más jóvenes por dentro y por fuera, siga evolucionando y podamos disfrutar por más tiempo de nuestros pequeños.

Foto: Google Imágenes

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