Una de las principales características del Shabby Chic es precisamente esa, la mezcla de muebles y demás elementos decorativos antiguos (o con un aspecto de antaño) y modernos pero además buscando el ambiente de las tradicionales casas de campo de Gran Bretaña en las que se podían encontrar sofás y cortinas de cretona desgastadas y descoloridas, muestra del buen gusto a pesar de su aspecto humilde.

Para plasmar este ambiente Shabby Chic hay que recurrir a una gama de colores pastel, especialmente rosa, verde agua, etc. que dan iluminación, aunque el rey indiscutible es el blanco. Por supuesto otro elemento indispensable son las flores, tanto naturales como en los estampados de las telas de cortinas, cojines, colchas, tapizados…
En cuanto al mobiliario, el toque antiguo no sólo puede obtenerse con piezas adquiridas en tiendas especializadas en antigüedades, y de hecho, la restauración y reutilización de muebles antiguos y telas usadas es un punto importante en este estilo. Así, resultará bastante más económico rebuscar en mercadillos de antiguedades, empresas de material de derribo y, desde luego, todos los desvanes y trasteros familiares. Pero también podemos transformar cierto mobiliario más o menos actual y darle ese aspecto de desgastado por el paso del tiempo con técnicas como la aplicación de pintura una y otra vez para luego desgastarla, descascararla, y un tapizado con telas de aspecto envejecido por el uso. Toda la línea de mobiliario Luis XV es una de las que más se usa con esta técnica, además de muebles de hierro decapados y con aspecto desgastado. El toque final para lograr ese ambiente romántico y de mirada nostálgica lo pondrán elemento como almohadones mullidos y objetos de cerámica y cristal como tazas y teteras o las lámparas de araña con adornos florales, lágrimas o guirnaldas de cristal.