Rayos de esperanza

Una investigación llevada a cabo por el Instituto Holandés de Neurociencia, en el que se ha estudiado la incidencia de la exposición a la luz en ancianos que sufren demencia, publicada en el Journal of the American Medical Association, ha mostrado resultados muy positivos en estos pacientes. El estado de los mayores enfermos de las 12 residencias de ancianos de las provincias de Frisia y Holanda del Norte con los que se ha realizado el estudio presentó mejoras en algunos de los síntomas que padecen.

Concretamente se vio que los ancianos que permanecieron más tiempo expuestos a luz natural y suave mejoraron su estado anímico, reduciéndose los arranques de depresión y mal humor que suelen acompañar a esta enfermedad, una de las más comunes entre personas mayores dependientes. Además, se ha apreciado que en los pacientes que se mueven en un ambiente más iluminado existe menos retroceso en cuanto a la realización de tareas diarias como abotonarse la ropa o prepararse un bocadillo.

Según explicó el investigador Eus Van Zomeren ‘en las personas mayores, sólo la cuarta parte de la luz alcanza la retina debido a que el cristalino del ojo se vuelve más opaco. Podríamos compararlo con la sensación de estar en una habitación de ambiente que llamamos acogedor (con sólo una lámpara encendida) y con gafas de sol puestas. Quizás ofrezca una sensación cálida al cuidador pero, para el anciano demente, es mucho más agradable encontrarse en un espacio más iluminado’. Además, hay que tener en cuenta que para los ancianos que viven en residencias o asilos, la fototerapia es un buen medio para reincorporarse al ritmo diario, ya que los pacientes que sufren algún tipo de demencia, suelen perder su ritmo biológico, de forma que por las noches deambulan por el día recuperan la falta de sueño. Sin embargo, lo que para los ancianos con demencia puede suponer una mejora en su estado, para los empleados supone trabajar en un ambiente ‘frío’ y poco acogedor.

Sin embargo, hay que tener claro que si bien este descubrimiento ayuda a retrasar algunos signos de la demencia y del Alzheimer, no supone la cura de la enfermedad. Se trataría de un tratamiento para mejorar la calidad de vida de estos pacientes y, a diferencia de los fármacos, sin efectos secundarios.

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