Permiso de Abuelidad

En las últimas semanas nos están sorprendiendo mucho las diversas políticas en materia de familia que se han ido presentando en diversos lugares del mundo y, especialmente, en Europa. Casi todas ellas parecen volver la vista a los hogares tradicionales, como germen principal de la sociedad, incentivando su bienestar y promoviendo la natalidad, tan escasa estos días en el Antiguo Continente.

Ese caso es, precisamente, el de Alemania; un país que, pese a su pujanza económica en la crisis que atravesamos, registra sin embargo una de las tasas de natalidad más bajas de Europa. Para promover el nacimiento de nuevos niños, el gobierno de Angela Merkel está estudiando una serie de medidas, siendo una de las más llamativas la posible implantación de un “permiso de abuelidad”.

En el caso de salir adelante, esta reforma permitiría que los abuelos que todavía permanecen en activo pudieran disfrutar de un permiso y unos beneficios sociales similares a los que gozan los padres de familia en Alemania. Todavía no se conocen más detalles sobre las características y las fechas de su posible implantación que, sin duda, sería de gran ayuda para los padres y, probablemente, un placer para muchos abuelos que, de hecho, ya están realizando una impagable labor como canguros sin contar con ninguna ayuda.

Otra medida que estudia el Gobierno de Merkel para incentivar la natalidad es asignar un salario a los progenitores que se dediquen a tiempo completo a la crianza de sus hijos, cosa que aliviaría a muchas familias que hacen malabares para organizarse, mientras restauraría la imagen del “ama de casa” (sea hombre o mujer).

Ambas propuestas han sido vistas con recelo desde la oposición. La izquierda alemana considera que podrían actuar en contra de la socialización de los pequeños y el dinamismo social que implica su inscripción en una guardería. Sin embargo, quienes están a favor, alegan que la mejor educación es la que viene de la familia y que, con ella, es con quien mejor están los pequeños, especialmente cuando son bebés, sin que ello signifique que se les niegue la posibilidad de socializar con otros niños, llevándoles al parque a diario, por ejemplo, o apuntándoles a algunas actividades semanales.

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