Padres de hoy

La paternidad sigue siendo una de las experiencias más maravillosas que existen en la vida, pero nuestras obligaciones diarias muchas veces nos ponen difícil la relación con nuestros hijos. El mundo contemporáneo es ajetreado por definición, está lleno de distracciones y el trabajo, a menudo, nos acapara más tiempo del que nos gustaría. Sin embargo, todos los padres del mundo suelen coincidir en que lo más importante para ellos es su familia.

Hace unos días celebramos el Día del Padre y, apenas dentro de un mes y pico, festejaremos el de la Madre. Los padres de hoy se merecen, desde luego, esas celebraciones y mucho más; no lo tienen fácil, sobre todo a la hora de educar a unos hijos con los que, por lo general, no pasan mucho tiempo. La tarea es ardua, pero no imposible, y sus resultados: probablemente lo más gratificante del mundo.

Muchos psicólogos y pedagogos han estudiado cuáles son las claves para conseguir ser un buen padre. A continuación, os recordamos de forma breve algunas de las que pueden resultar más importantes y, quizá, también más complicadas.

En primer lugar, vale la pena recordar que, a menudo, un buen padre es un buen esposo. La relación conyugal afecta mucho a los hijos y, una relación sana entre los cónyuges, contribuye a que los niños adquieran seguridad, tanto en sí mismos como en los demás.

También es importante no sentirse culpable por pasar poco tiempo en casa a causa del trabajo. Lo importante en estos casos es que, pese a que lleguemos muy cansados al hogar, consigamos que el tiempo que pasamos con nuestros hijos sea “de calidad”.

“Tiempo de calidad” no significa que cedamos a todos los caprichos de los pequeños, ni que les demos la razón siempre; de hecho, hay que evitar esto por todos los medios y recordar que, por mucho que pueda costar, tenemos que educar a nuestros hijos. Tenemos que pasar rato con ellos, jugar, hacer labores cotidianas y, sobre todo, escucharles. No podemos llegar a casa y aislarnos, nuestros hijos se merecen tener un padre de quien aprender.

La tarea de ser padre es una “evaluación continua” no existe ni un minuto de tregua por muy agotados que estemos. Tenemos que estar atentos para conseguir que nuestra casa sea un hogar alegre, para definir límites, enseñar a nuestros hijos a ser autónomos, inculcarles valores y, la mejor forma de conseguir todo esto, es gracias a nuestro ejemplo.

Como veis -y probablemente sabéis- la paternidad puede llegar a ser muy cansada; pero también está comprobado que no hay nada más grande que un padre orgulloso.

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