Madre, senior y con una brillante carrera profesional en pleno desarrollo

Trabajo, superación; pero no sólo eso. Mary Ann Glendon es una de las figuras femeninas más influyentes del panorama internacional y, sin duda, se lo ha ganado. Glendon no es sólo un ejemplo para todas aquellas madres que sueñan con desarrollarse profesionalmente sin tener que renunciar a la maternidad; su carrera es el mejor ejemplo de que se pueden derribar muchas barreras, pero también rompe con otros tantos tópicos, como el de que la mujer apenas tiene relevancia dentro de la Iglesia.

Tras estudiar en universidades tan prestigiosas como la de Chicago o la Universidad Libre de Bruselas, Glendon ha ostentado cargos relevantes en instituciones como la Comunidad Ecnonómica Europea, presidiendo la Asociación Internacional de Ciencias Jurídicas, favorecida por la UNESCO. Es profesora de Harvard, doctora Honoris Causa por varias universidades y ha publicado numerosos libros, con un importante impacto en el ámbito de la legislación en temas de familia y derechos humanos.

Desde el año 1994, coincidiendo con el pontificado de Juan Pablo II, ha estado colaborando con el Vaticano en diversas cuestiones, convirtiéndose además, entre los años 2002 y 2007, en la embajadora de los Estados Unidos ante la Santa Sede.

Hoy Mary Ann Glendon es noticia porque, tras los escándalos relacionados con el Instituto para las obras de Religión, más conocido como Banco Vaticano, el Papa Francisco ha creado una comisión de investigación sobre la situación de la entidad, de la que Glendon forma parte junto con su presidente Raffaele Farina, ex responsable del Archivo Secreto Vaticano, el cardenal francés Jean-Louis Tauran, el español Juan Ignacio Arrieta Ochoa de Chinchetru, experto en la legislación del Vaticano (coordinador) y el estadounidense Peter Bryan Wells, miembro de la Secretaría de Estado.

Glendon es, por tanto, el vivo ejemplo de que a los 75 años todavía queda mucho por hacer, la juventud, siempre lo decimos, poco tiene que ver con el número de años. Su caso es, además, muy interesante en relación al papel de la mujer en la Iglesia Católica y un claro ejemplo de que puede ser posible compaginar la maternidad con una carrera brillante.

Comentarios

Deja un comentario