La vuelta al cole

Cada vez son mas los abuelos que, de una forma u otra, echan una mano a sus hijos con el cuidado de los nietos. Es común que sean ellos quienes se encarguen de recoger a los pequeños del colegio y, en algunos casos, son también los que se encargan de cuidarlos por la tarde, ayudándoles con los deberes y con tantas otras cosas.

La vuelta al cole es uno de los periodos más duros para los pequeños. El choque de las rutinas veraniegas, y su estado de relajación permanente, con los nuevos hábitos y horarios resulta muy difícil de asimilar para la mayoría de los niños. Sin embargo, existen algunas maneras de hacer la situación un poco más llevadera para todos.

Para ayudarles de verdad los primeros días, en primer lugar es imprescindible que nosotros mismos mantengamos la calma. Si nos ven nerviosos, se alterarán y su percepción de la vuelta al cole puede tornarse dramática cuando, en realidad, se trata de una experiencia positiva.

Una vez comenzadas las clases, es conveniente seguir los mismos horarios que en el colegio durante los fines de semana, así será más sencillo que se acostumbren al cambio. Una buena idea durante las primeras semanas es contarle las cosas positivas que tiene el colegio; los abuelos pueden hablar con los nietos de su propia experiencia, incluso si no asistieron a la escuela, incidiendo en todos los aspectos positivos. Pero, sobre todo, hay que escucharles: sus miedos, sus inquietudes, sus historias del día a día… es importante que se sientan comprendidos y que seamos capaces de dar una respuesta cariñosa para que encuentren la confianza que necesitan.

Una alimentación correcta, además de ser buena para la salud, ayuda con el estado de ánimo. Quienes recojan a los niños del colegio -que, como hemos dicho, en muchos casos son los abuelos- deberían evitar darles meriendas con alto contenido en grasas saturadas -bollería industrial, chucherías…- y optar por la fruta o el tradicional bocadillo de embutido. Del mismo modo, por las tardes, puede ser interesante fomentar la actividad física; el deporte ayuda a liberar el estrés y estimula la producción de endorfinas, las famosas hormonas de la felicidad.

Estar especialmente atentos con los deberes durante los primeros días, ayudándoles en todo momento y, sobre todo, elogiando sus logros por pequeños que sean, creará un clima de seguridad para los pequeños, haciéndoles crecer en autoestima y motivándoles en el estudio.

Si, además de todo esto, somos puntuales y alegres en las recogidas, probablemente consigamos establecer una rutina positiva que durará todo el año. Sólo hace falta un pequeño empujón -para todos, que a los mayores también nos cuesta- para volver a habituarnos a la vuelta al cole.

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