La hucha medio llena o medio vacía

El último estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística revela que el ahorro bruto de las familias, el pasado 2007, sumó 7.532 millones de euros, lo que supuso el 4,8% de su renta disponible. Es decir, que cada familia consiguió ahorrar menos de un euro de cada diez.

Este brusco descenso del ahorro familiar y de su poder adquisitivo, que en los últimos cuatro años han bajado hasta 500 euros, a pesar de que los salarios hayan crecido hasta un 21% desde el año 2000, se deben principalmente a un inusual crecimiento de la inflación, que deja a los ingresos de cada hogar descompensados. Otra de las causas la encontramos en un incremento superior al 5% del consumo de las familias, así como de la factura fiscal por renta y patrimonio.

Pero esta poca capacidad para ahorrar no es la única consecuencia, muchas familias necesitan de ayudas externas para mantener el ritmo de sus gastos.

Aunque la noticia probablemente sorprenda a muy pocos, quien más y quien menos sufre las sucesivas subidas de los precios de alimentos, transportes, agua, electricidad y gas, cada familia tiene una serie de trucos con los que hacer frente a épocas de menos solvencia económica. Desde sustituir los plácidos baños por duchas, hasta el reciclaje generacional de ropa o cientos de recetas diferentes con ingredientes básicos.

Incluso las medidas recomendadas para cuidar del medio ambiente, a través de un consumo responsable de las fuentes de energía, se han convertido también en la mejor manera de proteger la economía doméstica. Desde esta perspectiva, no hay mal que por bien no venga, ¿o no?

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