La creación del hogar virtual

La red, heterogénea, mutante, revolucionaria, puede servir también para crear espacios de lo más tradicional y elevarlos a una nueva dimensión. Cada vez más familias lo están descubriendo y hallan usos de la red adaptados a sus necesidades.

Porque cuando la vida impone distancias ¿Qué puede ser mejor que tener un punto de encuentro, gratuito y siempre accesible, para darse noticias, charlar, intercambiar entusiasmos y penas y sentirse un poco más cerca de casa?

Múltiples son los tipos de relaciones familiares como múltiples son las fórmulas en que se manifiestan en Internet. Algunas se limitan a tener un grupo de correos, de manera que cuando una persona escribe un mensaje electrónico a otra, todos los que pertenecen a la lista lo reciben; mientras que los que tienen una vida cibernética activa incluso se atreven con un foro, en el que cada cual puede ir colgando lo que se le pasa por el caletre.

Pero algunos usos más particulares han crecido en estos años. Por ejemplo, los blogs familiares. Un caso frecuente sería el de personas en viajes de estudios que abren un blog para mantener informados a los parientes de cómo les van las cosas y de los hallazgos que están haciendo. Allí pueden colgar fotografías, contar chismes y pensamientos, dar pruebas de su buen aspecto y de lo bien que se alimentan (esa preocupación sempiterna de las madres) y, sobre todo, tener un modo ágil y directo de recibir las respuestas de los suyos.

En cambio, la prioridad de conservar la memoria e identidad anima a aquellos que crean webs de historia de la familia y agrupar los documentos que les conciernen. Imágenes y vicisitudes de aquellos que la componen o la compusieron, recuerdos, relatos, leyendas, intereses compartidos, aclaraciones, desmentidos, citas, anuncio de acontecimientos…cualquier cosa puede tener lugar en esas páginas que pueden tomar forma de archivo, desván o salón con chimenea virtual.

Y no deja de ser normal que esta máquina de franquear abismos que es la red haya servido para hacer una llamada a miembros dispersos de la familia o para rastrear los propios orígenes. Porque si una actividad de ese género reina en el cibermundo es la investigación genealógica. Centenares de páginas dedicadas a la búsqueda de los ancestros. Y es que por más nuevos que sean los medios, el interés por las viejas raíces no se pierde.

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