Lo primero de todo es saber elegir la ubicación de la mesa donde poner el ordenador y la pantalla. Una correcta definición del lugar redundará en un mejor aprovechamiento de las horas que pasamos delante de la pantalla La acumulación de horas y más horas delante de la misma acabará generando, si no se introducen las medidas correctoras adecuadas, problemas físicos y de otro orden.
Por otra parte, deben tener muy en cuenta los inconvenientes que tiene estar sentados frente al ordenador. El uso de sillas poco apropiadas y mesas de trabajo deficientes, junto con una colocación de la pantalla y del teclado inadecuados, provocan molestias físicas que, con el tiempo, acaban repercutiendo en la salud del usuario. Estos problemas suelen concentrarse en la espalda, rodillas y piernas, cuello y hombros. También podrían sufrir dolores de cabeza y molestias en las muñecas, junto con dolores en los ojos y síntomas propios del sedentarismo. Para reducir estas consecuencias debemos elegir una mesa amplia y una silla que no sea excesivamente cómoda ni rígida.
La pantalla del ordenador es otro elemento muy importante. Debe tener un tamaño mínimo de 15 pulgadas, aunque 17 ó 19 pulgadas son las recomendadas por los expertos. Además debe cumplir los criterios de la Unión Europea y tener cuantas más opciones mejor para poder regular la densidad de la luz, posición, calidad de imagen, etc. Lo ideal es situar la pantalla entre 40 y 60 centímetros de la vista y trabajar con luz natural, siempre que sea posible.
Por último, es recomendable levantarse como mínimo cada dos horas para reenfocar la vista y ejercitar brazos y piernas, y mientras permanezcamos sentados, adoptar posturas cambiantes y mover las piernas con asiduidad. Y por supuesto, al menor síntoma de dolor cambiar de actividad. Si este persiste es conveniente visitar a un especialista.