Hogares o arsenales químicos

Al contrario de lo que podamos creer, nuestras casas son una auténtica bomba de relojería en lo que a peligro de intoxicación se refiere, y además sin ser conscientes de ello. Pero basta echar un vistazo a las etiquetas de los productos que guardamos: ambientadores, limpiadores, detergentes, desinfectantes… Todos ellos continentes de sustancias altamente tóxicas con efectos probados (que se van prohibiendo), como ftalatos o bisfenol (compuestos sintéticos que se usan como recubierta de superficies, desde suelos a latas, o para fabricar plásticos y chupetes).


 


Desde la Fundación Vivo Sano, y con el apoyo de la organización ecologista Greenpeace, se ha diseñado la campaña Hogar sin tóxicos, con la que se quiere concienciar, informar y formar a la gente de los peligros que nos rodean en nuestra casa y conseguir leyes adecuadas y empresas comprometidas. Desde perfluorados, alquilfenoles, bisfenol, a metales pesados o compuestos orgánicos volátiles, son sustancias presentes en gran parte de los productos que tenemos y usamos a diario en nuestra casa - productos de aseo personal, cosméticos, limpieza, alimentos, muebles o menaje- y la mayoría de ellos están sin investigar a fondo.


 


Muchas de esas sustancias perjudiciales se añaden con diversos propósitos: conservantes, fragancias sintéticas, colorantes, antioxidantes… Hay determinados puntos de la casa en los que se intensifica la presencia de estas sustancias, que aunque sea a baja concentración, se alarga en el tiempo. El aire, el agua, los elementos de construcción y decoración, los campos electromagnéticos de teléfonos, ordenadores u otros electrodomésticos, ciertos tejidos de la ropa, productos para la limpieza y para el aseo personal, incluso los propios alimentos…


Cantidad de estudios han demostrado que la exposición a estos productos incrementa el riesgo de padecer enfermedades como el cáncer y crear problemas de reproducción, en el embarazo, en el sistema inmunológico… Pero existen alternativas, como el uso de productos eco o ecológicos, naturales y evitar el uso de otros como los suelos y recubrimientos plásticos de PVC, determinados plásticos que suelen integrar productos como los juguetes o adoptar hábitos como no colocar en las mesillas de noche aparatos eléctricos como radio-despertadores, lámparas halógenas con transformador o teléfonos inalámbricos. No poner el móvil a cargar al lado de la cama ni llevar el móvil en el bolsillo o evitar el uso excesivo de materiales sintéticos en moquetas, barnices o mobiliario. También podemos reducir la acumulación de elementos nocivos en nuestro hogar aumentando la ventilación natural.


 

los tóxicos son muchos y están en muchas cosas y debemos preocuparnos y hacer lo posible por evitarlos, por combatirlos, pero sin agobios, poco a poco, por partes, entendiendo que es un proceso de largo recorrido.

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