¿Helado de yogur o yogur helado?

Pase un verano sin playa o sin piscina. Incluso un verano SIN VACACIONES… Pero, ¿Qué es un verano sin helado? Sin embargo el precio por disfrutar de una de estas delicias no es pequeño, hablando en términos calóricos, así que no ha de extrañar el éxito de diferentes propuestas como alternativa, entiéndase los helados ‘light’ (sin azúcar), o los cada vez más populares yogures helados, que –supuestamente- ofrecen una versión del helado tradicional con menos grasa y menos azúcares, a lo que hay que unir su alto contenido en calcio y la alta concentración de probióticos. Por tanto se podría afirmar que son más saludables y con un menos aporte energético.

Con tales virtudes no ha sido difícil que estos “frozen yogurt” hayan desatado una pasión tal que ha llegado a heladerías y hasta a los refrigeradores de los supermercados, apareciendo por esquinas y calles de ciudades de todos los tamaños establecimientos de colores neutros, fríos, con nombres un tanto extravagantes como Ömygood, Smöoy, Baobab… Con el desembarco de esta nueva moda también se ha lanzado la advertencia para no confundir yogur helado y el helado de yogur. Se supone que el primero se hace con leche, yogur, algún azúcar y estabilizantes, y se congela, mientras que el helado de yogur es el helado de toda la vida aromatizado con yogur, que desde luego no es un alimento perjudicial ya que aporta nutrientes como el calcio y las proteínas además de aportar energía, pero debemos tener clara la diferencia. Pero esta diferencia no parece ser del todo cierta…

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) acaba de realizar un estudio en el que se han analizado estos productos, comprobando que la cantidad de azúcar que contiene el yogur helado o helado de yogur alcanza hasta un 23% del peso, una cantidad excesiva para tratarse de un yogur (uno de frutas no supera el 15%), aunque es la propia de un helado tradicional. Es decir, que según los datos obtenidos por la OCU su contenido calórico, cantidad de azúcar y grasas saturadas son las propias de un helado, por lo que en realidad son eso: “helados con sabor a yogur”.

Partiendo ya de la base de que son helados de yogurt, también hay que tener en cuenta si se trata de un producto ya elaborado y a la venta en supermercados e hipermercados o si lo adquirimos en una heladería/yogurtería como las de cadenas especializadas mencionadas antes. En el primer supuesto encontraremos que productos como Yogoo, Yolado, La Sirena, Hacendado… tienen más cantidad de grasa (entre un 6% y un 10%), mientras que los de tiendas especializadas se quedan en un 0,5%-2% (como un yogur). Además, según la OCU, los que se venden en supermercados tienen más calorías por cada 100 gramos, pero se venden en porciones más pequeñas, mientras que los que se venden en tiendas especializadas, al llevar la mayoría algún ‘topping’, el contenido calórico se dispara, lo que hace que al final, unos y otros, oscilen entorno a las 140 kcalorías por ración. En lo que sí coinciden todos los productos analizados es que tienen bacterias lácticas en una cantidad razonable para ser un producto congelado, aunque su número es muy bajo como para ser considerados yogur. En comparación, un yogur natural sin azúcar aporta la mitad de calorías que uno de estos productos, tanto por el azúcar en sí como por el tamaño de la ración (más grande en los helados de yogur).

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