Hablar de tecnología y de mayores es cada vez más habitual. El mundo de los adultos mayores, como el del resto de la población, está cada vez más vinculado al desarrollo tecnológico tanto en el ámbito de las relaciones sociales, con las nuevas TIC (tecnologías de la información), como en el de la salud, ya sea como prevención, en el abordaje de enfermedades y el cuidado de dependientes.
La relación entre tecnología y personas mayores ha ido avanzando y desarrollando diferentes facetas. Utilizar nuevas tecnologías como móviles tabletas o la navegación por Internet, permite a los mayores un mayor contacto social, lo que repercute por un lado en su bienestar psicológico al tiempo que les ayuda a mantener en forma las funciones cognitivas del cerebro. También los videojuegos empiezan a jugar un papel importante en la vida de las personas mayores, ya que además del aspecto puramente ocioso, pueden ser utilizados en terapias tanto cognitivas como de fisioterapia (atiéndase a algunos de los juegos de la Wii, etc.)
Pero además, las nuevas TIC permiten investigar las enfermedades mentales de las personas mayores de forma más natural y directa, una verdadera revolución socio sanitaria que sin embargo no se está desarrollando, según las afirmaciones del presidente de la Sociedad Española de Psicogeriatría (SEPG), Raimundo Mateos en la publicación de El Médico Interactivo, algo fundamental si tenemos presentes los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Internacional de Alzheimer (ADI) según los cuales cada cuatro segundos aparecen en el mundo 7,7 millones de nuevos casos de demencia, una patología cuyo riesgo de padecerla por los mayores de 65 años es de un 12’5 por ciento y del 40 por ciento para los mayores de 85 años.
Otro aspecto en la vinculación entre tecnología y personas mayores es que dispositivos, cada vez más pequeños y sencillos de manejar, permiten crear hogares más seguros gracias a la domótica y contar con sistemas de teleasistencia con más fiabilidad, seguridad y prestaciones que permite solucionar problemas sociales y sanitarios a personas de edad avanzada o mayores con ciertas enfermedades que incapacitan en mayor o menor medida, mentales o no.
Pero, como matiza Raimundo Mateos, a pesar de los avances que ofrecen una mayor calidad de vida e independencia a los mayores, , “la aplicación de las TIC en el campo de la atención socio sanitaria es aún muy deficiente. Tanto a nivel privado como público. No por falta de ideas, proyectos y estudios, sino por ausencia de financiación”.
