Familias solidarias

>Hace unas décadas esta ya era una realidad tangible, sin embargo, la crisis la ha intensificado notablemente durante los últimos años. Según el estudio ‘Individualización y solidaridad familiar’ de la Fundación La Caixa, una parte muy significativa de la población española depende, en cierta medida, económicamente de sus familiares. Se trata principalmente de jóvenes que ya han abandonado el domicilio familiar, en su mayoría casados y con algún hijo.

El desempleo es el principal factor que ha intensificado esta realidad, provocando que nuestra sociedad continúe manteniendo esos estrechos lazos familiares que, tradicionalmente, la han caracterizado siempre. La quiebra de los negocios o los bajos ingresos son otras de las razones que han llevado a más de la mitad de los españoles a tener que pedir ayuda a sus familias. Esta colaboración económica se materializa de muchas formas pero, principalmente, los padres son quienes han dado el empujón definitivo a la hora de que sus hijos adquieran una vivienda, ayudándoles con la entrada del crédito hipotecario o bien actuando como avalistas.

Como ya hemos apuntado en numerosas ocasiones, la ayuda familiar no es sólo de índole económica. Según apunta este informe, el porcentaje de abuelos que cuidan de sus nietos ha crecido notablemente en los últimos quince años, materializándose en un 10% más que en 1993.

Tal vez sea por la dependencia económica o por el peso de la tradición, pero lo que está claro es que los lazos familiares en España son más estrechos de lo que parece. Así lo ratifica también este informa sobre ‘Individualización y solidaridad familiar’, del que se desprende que el 67% de los jóvenes entre 18 y 29 vive con sus padres y 69% lo hace de forma independiente, pero a menos de 5 kilómetros de su casa. Estas cifras son notablemente más bajas en Europa, sobre todo en los países escandinavos. Lo mismo pasa con el ocio y las visitas: en nuestro país están mayoritariamente dedicadas al ámbito familiar.

La mala noticia, sin embargo, es que cerca de un 2% de la población -una cifra que se duplica en el caso de los mayores- no tiene nadie a quien acudir en caso de necesidad. Ojalá que estos momentos de crisis encontremos todos la forma de ayudar también a quienes lo necesitan, fuera del ámbito familiar.

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