Desde hace unos meses, el Gobierno Británico ha estado estudiando la influencia de la tipología familiar sobre la vida laboral y, el pasado 13 de marzo, las conclusiones de tales indagaciones fueron publicadas por el Ministro de Trabajo y Pensiones, Ian Duncan Smith. Pues bien, a la luz de los datos que ofreció, parece que el tipo de familia en la que uno crece tiene mucho más que ver que lo que imaginábamos en el ámbito de nuestro desarrollo personal.
El estudio concluye que los hijos de matrimonios estables tienen mejores perspectivas laborales que los que crecen con la referencia de un único progenitor, de tal modo que, lo mejor para los pequeños es criarse en el entorno de un matrimonio. Las oportunidades de obtener una buena educación y un puesto de trabajo son mayores en una familia estable.
Curiosamente, el estudio también señala que los matrimonios casados se separan mucho menos que las parejas que viven juntas sin haber pasado por el altar; aunque el índice de matrimonios ha bajado en Inglaterra, algo que preocupa mucho al ministro, sobre todo teniendo en cuenta los resultados que arroja el estudio que nos ocupa.
Por si esto fuera poco, Finlandia también ha dado a conocer estos días los resultados de un importante estudio relacionado con lo mismo, cuyas conclusiones vienen a decir que vivir en familia es la mejor forma de prevenir la depresión. Y es que, en el país nórdico, las personas que viven solas consumen un 80% más de antidepresivos que los que viven en un entorno familiar o con amigos.
Volviendo a Inglaterra, vale la pena añadir que Duncan considera que el paulatino descenso de los matrimonios se debe principalmente a la falta de apoyo a este modelo familiar por parte de la sociedad moderna, algo que se propone cambiar.
Europa necesita a la familia y cada vez son más las políticas de apoyo, esperemos que España siga este buen ejemplo.
