Una vez más, a la hora de hacer recortes, el Gobierno ha decidido meter la tijera en el ámbito familiar, paralizando una de las medidas más populares que había propuesto el Ejecutivo: ampliar la baja por paternidad de 15 a 30 días. Esta medida fue un acuerdo parlamentario –aprobado en junio del año pasado- y se publicó en calidad de Ley, dentro del Boletín Oficial del Estado, por lo que el PSOE tendrá que justificar su incumplimiento, basado en cuestiones presupuestarias.
La Vicepresidenta Segunda del Gobierno y Ministra de Economía, Elena Salgado, ha declarado que la anulación de esta medida es “una cuestión económica”, que supondrá alrededor de 400 millones de euros de ahorro anuales. Siendo así, para el Ejecutivo no estamos en el momento oportuno para aplicar este tipo de ayudas a la familia, de tal modo que, el aplazamiento se ha recogido en el anteproyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado.
Esta decisión del Gobierno de Zapatero constituye un paso atrás en políticas sociales y hay quienes opinan que también en cuestiones económicas a largo plazo. Por otro lado, paraliza una medida fundamental en el camino hacia la igualdad y en pos de la -tan ansiada, como remota- conciliación. Y es que, precisamente, esta proposición de Ley tenía como principal objetivo “mejorar la conciliación de la vida familiar y laboral, al tiempo que aumentar la implicación de los padres en el cuidado y atención de los hijos».
Una vez más, nuestras políticas familiares se sitúan a la cola de Europa, donde encontramos países, como Finlandia, donde los padres gozan de 12 semanas pagadas de permiso paternal. Para Eva Holgado, presidente de la Federación Española de Familias Numerosas (FEFN), este frenazo a la entrada en vigor de esta mejora para las familias españolas constituye una terrible contradicción por parte del Gobierno, según sus propias palabras «Es una paradoja que desde Igualdad quieran luego defender que existan más mujeres en los consejos de dirección de las empresas…, sinceramente, con posturas como las que están defendiendo, sólo cabe pensar que se puedan llenar estos puestos con mujeres sin hijos».
