El arte de cuidar bonsáis

Cultivar un bonsái no es simplemente una tarea relacionada con la jardinería. Se trata de un arte. El sentido estético y la creatividad son imprescindibles a la hora de cultivar un bonsái, pero también se requiere tener bastantes conocimientos técnicos sobre cuestiones como la poda, el alambrado, el trasplante o el pinzado.

Esta forma artística, tan delicada y relacionada con la naturaleza, tiene su origen en la China de hace dos mil años, cuando los monjes Taoístas empezaron a practicar esta curiosa variante de cultivo, por considerar los árboles como un puente entre lo divino y lo humano. Un bonsái, como su propio nombre indica, es un “cultivo en una bandeja”; según la tradición, quienes fueran capaces de conservar un árbol en una maceta durante toda su vida, se habrían ganado la eternidad.

Fue en Japón, donde 800 años más tarde se perfeccionó la técnica. El rigor japonés, unido a su excepcional sentido estético, consiguieron dar lugar a un arte que hoy se practica a lo largo de todo el planeta. Un arte que, además de pervivir en el tiempo, es tan cambiante como cíclico; cada estación modela el aspecto de la planta y requiere unos cuidados específicos que, por otro lado, también varían según la edad del árbol.Con su maduración, se puede además variar el diseño; aunque para hacerlo es necesario conocer bien las técnicas a las que antes nos referíamos.

Es necesaria mucha paciencia hasta conseguir que el bonsái adquiera un determinado aspecto; además de invertir tiempo y estar muy atento a las necesidades de este pequeño árbol que, al ser cultivado en un espacio tan diminuto, requiere ser cuidado con esmero y dedicación. Por ello, resulta también un pasatiempo muy terapéutico; nos mantiene en contacto con la naturaleza, nos incita a la reflexión y desarrolla el pensamiento creativo.

Comentarios

Deja un comentario