El año de la patata

¿Cuántas recetas conoces que lleven patata? ¿Y formas de cocinarla sola? La patata se ha convertido a lo largo de los siglos en uno de los alimentos más socorridos y tradicionales de la cocina. Rico en vitamina C y en potasio, los bajos costes que implica la producción de este tubérculo le ha llevado a ser el alimento base de campañas contra el hambre e incluirse entre los alimentos a extender en países subdesarrollados.

Tanto es así que en 2005 la Organización de las Naciones Unidas aprobó un decreto por el que 2008 será el Año Internacional de la Patata, con vistas a explotar la potencial capacidad del tubérculo de reducir la mortalidad mundial por malnutrición. De hecho, en los últimos años el consumo de patata ha disminuido en Europa y ha crecido notablemente en países en vías de desarrollo.

En la cocina española, la patata es protagonistas de platos tan populares como las ‘papas’ aliñadas, diferentes guisos –con lentejas, garbanzos, potajes-, los huevos estrellados, y uno de las ”estrellas” de nuestra gastronomía: la tortilla de patatas.

Las características nutricionales que hacen de éste un alimento tan completo se encuentran, principalmente, en el elemento predominante en su composición: el agua –en un 77,5%-. Además, es rica en hidratos de carbono, almidón y potasio. No obstante, tiene importantes carencias como de fibra, vitaminas, calcio y proteínas.

Los aportes de energía de la patata a nuestro organismo dependen de la forma en qué la cocinemos. Así, cuando hacemos patatas fritas o incluida en nuestros guisos, ingerimos más calorías; y si la preparamos hervida, en puré, al horno o al vapor, conservaremos todas sus propiedades nutritivas con menos calorías.

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