Diálogo familiar

Los niños son una de las partes más frágiles de la familia, si no la que más, y por ello sobre ellos se debe centrar especialmente el cuidado y la atención. Sabedores de que la familia es insustituible en el proceso de un crecimiento saludable de los niños, la Fundación Botín ha organizado en Santander un Espacio para Familias, en el que padres, madres, abuelos, etc., van a poder compartir sus inquietudes, dudas y sentimientos sobre el crecimiento y la educación de niños y jóvenes.

Esta iniciativa, integrada en el programa de Educación Responsable, se van a desarrollar los próximos días 16, 23 y 30 de noviembre por la tarde, en sesiones de hora y media y estarán a cargo de Isabel Aja, diplomada en trabajo social, licenciada en antropología sociocultural y experta en el ámbito de la orientación familiar. Los interesados en participar tienen tiempo de inscribirse hasta el día 11, sin coste alguno y rellenando el boletín de inscripción adjunto que pueden entregar en la propia Fundación o por email a [email protected]. Además, para facilitar la participación, se está estudiando la posibilidad de ofrecer una actividad paralela destinada a niños a partir de 5 años durante el tiempo que dure esta formación.

De momento ya ayer se ha celebrado una jornada inaugural en la que Begoña Ibarrola, licenciada en psicología, terapeuta infantil, master en musicoterapia y experta en familia y emociones, ha ofrecido una charla en la que ha ofrecido algunas claves para facilitar el crecimiento saludable de niños y jóvenes.

El fin del programa, según se explica desde la propia fundación, es que “los niños y adolescentes se conozcan y confíen en sí mismos, comprendan a los demás, identifiquen y expresen emociones e ideas, desarrollen su capacidad de autocontrol, aprendan a tomar decisiones responsables, valores su salud y mejoren sus habilidades sociales”, lo que lleva, según se ha constatado desde la Fundación Botín, a que los menores reduzcan su ansiedad, mejoren en la identificación de sus sentimientos y en la reparación de emociones negativas, ampliando su capacidad de comunicación, de forma que se reduce el riego de que caigan en conductas de riesgo.

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