Que los mayores dependientes puedan alargar la permanencia en su hogar el mayor tiempo posible no sólo es su deseo, sino que también, objetivamente, resulta beneficioso para su salud. Por eso no hay que olvidarse del papel que juegan en este objetivo los cuidadores familiares, que atienden durante cientos y miles de horas a sus seres queridos. Pero también ellos necesitan apoyo y ayuda. Y en esto es en lo que se basa la Asociación para la Mediación e Intervención en Dependencia (ASIDE), que hace unos días acaba de cumplir sus seis primeros meses trabajando para ofrecer y facilitar una mejor calidad de vida a las personas que dedican gran parte de su vida a apoyar a sus familiares dependientes para que puedan ser lo más autónomas posible.
Cuando el entorno domiciliario es el adecuado se reduce el riesgo de deterioro de los enfermos y que éstos desarrollen estados de confusión, eso por no hablar de la dignificación de su situación de dependencia. Sin embargo la convivencia en el entorno familiar de un dependiente no es fácil y surgen dificultades de entendimiento y discrepancias que en muchas ocasiones pueden ser resueltas por un tercero, un mediador, especialistas en mediación y resolución de conflictos, que halle un punto de encuentro. Y precisamente este es uno de los servicios que presta ASIDE como parte de su trabajo para contribuir en el apoyo de los familiares cuidadores (muchos afectados por el ‘síndrome del cuidador’ que les sume en un profundo estado de aislamiento y soledad) y consecuentemente también de los dependientes.
Además de la mediación para la resolución de conflictos ASIDE cuenta con un servicio de asesoramiento y acompañamiento a personas dependientes y a cuidadores en el que se proporciona asesoramiento legal y psicosocial a sus asociados ayudándolos y acompañándolos en la búsqueda y consecución de los recursos sociales existentes y que resulten más apropiados para cada caso.
