En 1982 no abundaban los ordenadores ni tampoco el servicio de mensajería a través de la Red. Sin embargo, en la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburg (Pensilvania), en esta época ya había instalado un sistema de mensajería que, a través de Internet, podían consultar tanto los alumnos como el personal docente. Así, entre mensajes oficiales a la comunidad universitaria y consultas sobre las materias que se impartían, también se colaban aquellos menos serios y en ocasiones bromas pesadas.
El 19 de septiembre de ese año, tras el debate surgido sobre los límites del humor en la Red a raíz de un correo que insinuaba la contaminación de un ascensor del campus, el profesor de investigación Scott E. Fahlman decidió inventar un símbolo que acompañase a los mensajes humorísticos. De este modo respondió: ” propongo la siguiente secuencia de caracteres para los bromistas: ” e indicó ”Leedla de lado”. Asimismo, instó incluir cuando los mensajes fuesen temas serios (aunque ahora se utilice para mostrar desagrado).
Este profesor no podría imaginar que el primero de sus símbolos, que se ha llamado smiley, sería el más famoso y pionero de una nueva forma de comunicación virtual sin palabras: los emoticonos. Dos puntos, un guión y el cierre de un paréntesis nos han servido durante 25 años para mostrar nuestro estado de ánimo sin tener que explicarlo verbalmente. A partir de smiley, nacieron expresiones como ‘estar asombrados, :0, o guiñar, .
A pesar de que Falhman nunca registró sus derechos sobre Smiley, ni ha percibido cantidad alguna por tan casual invento –que le llevó diez minutos de su vida-, reconoce en él, orgulloso, ”mi pequeño regalo para el mundo”.