Cuidados compartidos

Se habla mucho de igualdad y de conciliación, pero son metas que, como ya hemos apuntado en otras ocasiones, no son fáciles de alcanzar. Hace unas semana que se ha dado un paso en la materia que, sin duda, vale la pena analizar ya que, aunque se trata de una medida específicamente diseñada para los funcionarios, bien podría hacerse extensible al resto de empleados que hayan sido padres.

Por el momento, los empleados públicos podrán disfrutar de la lactancia, independientemente de si sus mujeres trabajan o no. Así consta en un acuerdo adoptado por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, en el que se dictan una serie de criterios de interpretación con el fin de que resolver las dudas que se puedan generar al respecto.

Se trata, por tanto, de un acuerdo histórico gracias al que se da un paso más en el camino para que hombres y mujeres de impliquen en plena igual en la crianza de los hijos. La lactancia ya no es sólo cosa de las madres. Este paso es imprescindible para que las cifras comiencen a cambiar, ya que resulta sorprendente que de las 147.900 bajas por nacimiento que se han registrado en el primer semestre del año, sólo 2.470 han sido disfrutadas por los padres de familia.

Parece lógico que, igual que la baja por paternidad es independiente de la de maternidad, y ambos cónyuges pueden disfrutar de sus prestaciones correspondientes de manera simultánea, se instaura el misma -o similar- funcionamiento en relación al permiso de lactancia.

Todavía estamos lejos de alcanzar situaciones como la de Suecia, donde la baja por maternidad dura un total de 16 meses, contrastando tremendamente con las 16 semanas que, sin contar con el permiso de lactancia, están establecidas en España. Medidas de este tipo, contribuyen además al fomento de la natalidad y la instauración de la corresponsabilidad en el cuidado de los hijos quienes, al fin y al cabo, necesitan a los dos cónyuges.

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