Aunque parezca mentira con la ola de calor que está cayendo, los resfriados están siendo más que habituales este verano. Y no es de extrañar si tenemos en cuenta los cambios de temperatura a los que estamos expuestos constantemente.
Por eso, es importante que tengamos cuidado de no estar en sitios refrigerados con temperaturas muy bajas y luego salir a la calle donde el calor es insoportable. Lo ideal es un sistema de refrigeración entre los 22 y los 24 grados y si puede ser con algo de humedad, mejor que mejor. Si el ambiente es más frío, nuestros niveles de defensas bajan y, por lo tanto, nuestra capacidad de regular la temperatura corporal no es la misma, por lo que podemos encontrarnos indefensos.
Además, tomar el sol en exceso, consumir bebidas muy frías, alimentarnos mal o dormir destapados toda la noche favorece a la hora de coger frío, sobre todo porque cuando llegamos con mucho calor de la calle, agradecemos las bajas temperaturas sin darnos cuenta de lo perjudicial que es ese cambio tan brusco para nuestro organismo.
Los niños y los ancianos debemos tener más cuidado que el resto ya que somos los grupos de más riesgo a la hora de sufrir resfriados en esta época de año. Tener una infección en las vías respiratorias dura aproximadamente una semana y en verano esto se hace todavía más pesado ya que nos fastidia las vacaciones, nos vemos obligados a estar en cama y a comer alimentos calientes que son tan poco apetecibles en estas fechas.
Así que si aún no has sido víctima de los fastidiosos resfriados de verano, ya sabes: evita los cambios bruscos de temperatura, no tomes bebidas excesivamente frías, lávate las manos con frecuencia para tratar de no contagiarte de bacterias, elige una dieta equilibrada rica en frutas y verduras y disfruta de esta maravillosa estación que pasa volando.
