Nuestra basura crece a un ritmo superior al de la economía nacional.
Puede que no sea una noticia muy halagüeña pero sí tiene remedio y no demasiado
complicado. Sea como fuere, los consistorios de algunas localidades españolas
han decidido tomar cartas en el asunto lanzando incentivos para el reciclaje
entre sus habitantes.
Entre los datos que revela el último
informe del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), además, cada
español produce una media de 500 kilos de residuos urbanos al año y las tasas de
reciclado están por debajo de las fijadas en el Plan Nacional de Residuos
Urbanos; esto ha obligado a la intervención de las autoridades para incentivar
buenas prácticas ciudadanas y aplicar la denominada ‘fiscalidad
verde’.
Algunas ciudades han puesto en marcha medidas como bonificaciones
en las tasas de recogida de la basura para quienes depositan sus propios
residuos en puntos determinados. Con esta iniciativa se pretende reducir los
gastos de los ayuntamientos y ‘premiar’ a los ciudadanos más comprometidos con
el cuidado del medio ambiente, además de fomentar la concienciación de que la
basura tiene un largo recorrido hasta ser tratada.
Concretamente en
Barcelona se ha aplicado el programa “Ir a la deixalleria [punto verde] tiene
premio”. Así, cuanto más se utilicen los puntos verdes del área metropolitana de
la ciudad, mayor es la reducción de la tasa metropolitana de tratamiento de
residuos (TMTR), que puede llegar a un 14% en el ejercicio siguiente. Para
contabilizar las veces que cada usuario deposita su basura en estos puntos, se
ha creado una tarjeta familiar en la que queda registrada.
En Santa Cruz
de Tenerife también se emplean tres tipos de bonificaciones en la tasa de
recogida de la basura. Las personas de familias cuyas rentas anuales son
inferiores al salario mínimo interprofesional y que no poseen otros inmuebles
además de su vivienda habitual cuentan con un descuento del
50%.
Puede que no sea una noticia muy halagüeña pero sí tiene remedio y no demasiado
complicado. Sea como fuere, los consistorios de algunas localidades españolas
han decidido tomar cartas en el asunto lanzando incentivos para el reciclaje
entre sus habitantes.
Entre los datos que revela el último
informe del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), además, cada
español produce una media de 500 kilos de residuos urbanos al año y las tasas de
reciclado están por debajo de las fijadas en el Plan Nacional de Residuos
Urbanos; esto ha obligado a la intervención de las autoridades para incentivar
buenas prácticas ciudadanas y aplicar la denominada ‘fiscalidad
verde’.
Algunas ciudades han puesto en marcha medidas como bonificaciones
en las tasas de recogida de la basura para quienes depositan sus propios
residuos en puntos determinados. Con esta iniciativa se pretende reducir los
gastos de los ayuntamientos y ‘premiar’ a los ciudadanos más comprometidos con
el cuidado del medio ambiente, además de fomentar la concienciación de que la
basura tiene un largo recorrido hasta ser tratada.
Concretamente en
Barcelona se ha aplicado el programa “Ir a la deixalleria [punto verde] tiene
premio”. Así, cuanto más se utilicen los puntos verdes del área metropolitana de
la ciudad, mayor es la reducción de la tasa metropolitana de tratamiento de
residuos (TMTR), que puede llegar a un 14% en el ejercicio siguiente. Para
contabilizar las veces que cada usuario deposita su basura en estos puntos, se
ha creado una tarjeta familiar en la que queda registrada.
En Santa Cruz
de Tenerife también se emplean tres tipos de bonificaciones en la tasa de
recogida de la basura. Las personas de familias cuyas rentas anuales son
inferiores al salario mínimo interprofesional y que no poseen otros inmuebles
además de su vivienda habitual cuentan con un descuento del
50%.
