Comidas, salud y familia

La obesidad infantil es un problema creciente en nuestro país pero, pese al aumento vertiginoso de las cifras en los últimos años, su incidencia puede cortarse por lo sano; siempre que los padres y los cuidadores de los menores -en muchos casos, los abuelos- estén dispuestos a prevenir y, si es posible, cortar por lo sano ciertos malos hábitos.

Quienes lo tienen realmente claro a la hora de sentarse a la mesa, a pesar de su fama de ‘malcriar’ a los nietos, son los abuelos, unos de los principales bastiones a la hora de proporcionar una alimentación sana

Según los últimos estudios, los mayores ingieren una media de tres piezas de fruta al día; pescado, tres veces a la semana; y verdura, casi a diario. Estos datos son de vital importancia si tenemos en cuenta que aproximadamente la mitad de los abuelos son responsables de al menos una de las comidas o cenas de los niños. Su actuación es por tanto vital para conseguir bajar el porcentaje de obesidad infantil que hemos alcanzado: más del 45% de los niños españoles de entre 6 y 9 años la padecen.

Alimentación sana y variada, comer de todo y llevar una vida activa son las mejores recetas para evitar la obesidad infantil. Sin embargo, aunque parezca mentira, también hay otras curiosas formas de prevenirla. Una de ellas es volver a las comidas tradicionales, en las que el propio niño se involucra en la elaboración del menú que luego tomará, junto al resto de la familia. En una sociedad donde todo va tan rápido a penas hay tiempo para cocinar y los fritos o los platos pre-cocinados son una tentación demasiado grande para la mayoría de los progenitores. Hacer un esfuerzo por evitarlos y cocinar en familia puede ser, además de una oportunidad para mejorar la dieta de todos, una ocasión de lujo para disfrutar en familia, otra importante cuestión que con el ritmo al que vivimos también se parece estar perdiendo…

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