Aunque, a priori, hará que el deporte sea más justo y que los goles dudosos se conviertan en tantos justos, para muchos este adelanto de la técnica le quita al deporte parte de su esencia, parte de esa incertidumbre que mueve a las discusiones y análisis de los aficionados tras una jornada de partidos.
El criquet y el tenis han sido los deportes pioneros en incorporar este sistema que, a partir de imágenes de video en alta velocidad, traza la trayectoria más probable del balón mediante la aplicación de una complicadísima ecuación. En el ámbito futbolístico, su primer uso se ha llevado a cabo en Japón, concretamente en los partidos del mundial de clubes que se celebra estos días. Sin embargo, durante el mundialito, se ha acordado no emitir las imágenes elaboradas por el programa, una práctica que, sin embargo ya es clásica en las retransmisiones de otros deportes, como el tenis.
Con esto, la FIFA pretende terminar con los polémicos “goles fantasma”, y esclarecer las jugadas más peliagudas de las competiciones. Junto con el ojo de halcón, en el mundialito se ha puesto a prueba otra tecnología: el GOLREAD, un sistema que crea un campo magnético en la línea de gol, activándose con la ayuda de un balón específico que, por supuesto, también se ha probado en los partidos nipones.
Quizá los detractores de estos sistemas tengan razón y su aplicación le quite cierto romanticismo a la competición, pero de lo que no cabe duda es de que el juego será mucho más justo. Tal vez pronto los veamos aplicados a otras competiciones, como nuestra liga de fútbol.
