Las cataratas se producen por la opacificación del cristalino, que nos hace perder poco a poco la vista hasta llegar a ver solo bultos y colores. Esto no ocurre de la noche a la mañana, sino que es un proceso progresivo, por eso es importante que conozcamos sus primeros síntomas para poder tratarlo cuanto antes:
- Disminución de la agudeza visual.
- Se ve una especie de niebla que nos distorsiona las imágenes.
- Peor percepción de los colores.
- Deslumbramiento o halos de luz al mirar una lámpara, una farola o los faros de un coche.
Las cataratas suelen aparecer a la edad de 50 o 60 años y un 90% de las personas mayores de 70 años son diagnosticadas con esta enfermedad ocular que, por cierto, no distingue entre hombres y mujeres.
Por eso, es recomendable hacerse revisiones oculares periódicas a partir de los 50 años y mucho más si notamos alguno de estos síntomas que, por cierto, pueden aparecer con mayor facilidad si tenemos hábitos de vida poco saludables (como beber o fumar), enfermedades metabólicas, diabetes o tiroides, consumimos determinados medicamentos (como corticoides) o si estamos muy expuestos al sol, ya que en estos casos tenemos más riesgo de padecer cataratas.
Así que, si notamos algún síntoma extraño en nuestra vista debemos acudir cuanto antes al oftalmólogo para que sea él quien analice nuestro problema y nos ofrezca una solución lo más rápido posible.
Una vez diagnosticadas, las cataratas solo tienen un tratamiento y es el quirúrgico. Se trata de una cirugía ambulatoria, es decir, una sencilla operación que nos permite irnos a casa en el mismo día de la intervención. En la mayor parte de los casos se hace con anestesia local y se sustituye el cristalino, que no nos permite ver bien, por una lente intraocular que se adapta perfectamente a nuestro ojo y que corrige el defecto de la vista en pocos días desde su implantación.
El cuidado de los ojos no es ninguna broma, cuanto más tiempo pase sin acudir al especialista más riesgos tendremos de perder vista y una operación de cataratas hoy en día es de lo más sencilla y sus beneficios son inmediatos: no solo podremos leerles un cuento a nuestros nietos antes de dormir, sino lo que es mejor, les veremos a ellos crecer.