Zanahoria, aliada de la mujer

La zanahoria es una de las hortalizas más populares por su alto poder mineralizante y vitamínico. Esencial para lograr un adecuado aporte de vitamina A, es además un eficaz protector de la piel y un gran antioxidante. Su color característico naranja se debe a la elevada presencia de carotenos (pigmentos vegetales con gran poder antioxidante), fundamentalmente los betacarotenos, con propiedades anticancerígenas que parecen ser especialmente eficaces en los cánceres de pulmón y colon. Con este curriculum no ha de extrañar las nuevas conclusiones obtenidas por un estudio llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) y publicado la revista International Journal of Cancer (2009;124:2929-2937), en las que se relaciona el consumo de zanahorias (más concretamente con la acción antioxidante de los carotenoides) en la etapa anterior a la menopausia con la prevención del cáncer de mama.

El estudio, dirigido por la doctora Laura I. Mignone, ha detectado que cuanto mayor es el consumo de vegetales ricos en carotenoides en las mujeres premenopáusicas, éstas presentan un menor riesgo de sufrir una enfermedad tumoral, pudiéndose reducir hasta un 17% con tan sólo consumir dos porciones diarias de vegetales ricos en carotenoides.

Según la investigación, los carotenoides interfieren con las señales de los receptores del estrógeno, lo que para los expertos explicaría por qué los efectos preventivos alcanzarían sólo a las mujeres premenopáusicas. Como concluyen los autores, “los efectos antioxidantes de los pigmentos podrían influir. Son antioxidantes muy poderosos en el organismo y podrían absorber una gran parte de los carcinógenos a los que está expuesta la población”. Para llegar a estos resultados se hizo un examen de la relación entre los niveles de frutas y verduras ricas en carotenoides presentes en la dieta y el riesgo de cáncer mamario, comparando para ello la alimentación de 5.707 pacientes con cáncer de mama invasivo y 6.389 mujeres sanas como grupo de control. Se observó que el consumo de altos niveles de vitamina A proveniente de carotenoides, betacaroteno, alfacaroteno y luteína/zeaxantina reducía el riesgo de cáncer de mama en las mujeres premenopáusicas, pero no así entre aquellas en la posmenopausia.

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