Existen muchas razones para viajar a Venecia. Sin duda, la principal y más importante es hacerlo para perderse entre sus estrechas callejuelas surcadas por canales que retienen el reflejo de decadentes palacetes y arcos ojivales, como si el tiempo estuviera detenido en cada destello, conservando el peso de la historia y de una belleza pausada, sublime. Pausada porque una de las cosas más llamativas de la ciudad flotante es la calma que se respira a causa de la ausencia de tráfico -ese soniquete que para los que viven en grandes ciudades se ha convertido en compañero constante- siendo el único ruido que se escucha el de las góndolas deslizándose por el agua de la laguna. Bella porque no existe lugar en el mundo que le haga sombra a esta isla donde los más grandes artistas del Renacimiento dejaron volar su imaginación para engalanar sus palacios con un refinamiento exquisito; pero, sobre todo, bella porque Venecia es una ciudad distinta en cada segundo, gracias a los reflejos de la luz sobre el agua, que producen una paleta infinita de colores y texturas dejando asombrado hasta al más frio de los visitantes.
Bueno pues, además de todo esto, resulta que esta deliciosa ciudad sigue siendo la cuna del arte emergente gracias a las Bienales de Arte y Arquitectura, que se celebran en años alternos, y a su prestigiosa Mostra Internacional de Cine. Estos días se inaugura precisamente una de las Bienales -la de arquitectura, para ser exactos- y la dirige nada más y nada menos que la arquitecta japonesa Kazuyo Sejima, ganadora del último Premio Pritzker de Arquitectura y primera mujer designada al frente de esta exposición, que ya cuenta con doce ediciones. Hace apenas una semana tuvo lugar la presentación del evento que ha sido definido por su directora como una “ocasión para experimentar las múltiples posibilidades de la arquitectura y para dar cuenta de su pluralidad de enfoques. Cada orientación está en función de un modo de vivir distinto” y el pasado sábado se entregaron los Leones de Oro, entre los que destaca el entregado a Rem Koolhas como reconocimiento a toda su carrera.
Si esta excusa os ha parecido buena para viajar a Venecia, merece la pena no pasar por alto la participación española en esta cita bienal con la arquitectura, especialmente los proyectos que presentan Andrés Jaque, Cristina Díaz y Efrén García, Antón García Abril, José Selgas y Lucía Cano. Si la arquitectura no es lo vuestro, no os preocupéis, en menos de un año el “Arsenale” se llenará con las propuestas más atrevidas del arte actual.
