Un micro-deportivo de los años 30 por 5.000 €

Como no podía ser de otra manera en estos casos, nos llega de Japón lo último para los amantes de los coches, el bricolaje y el “hágalo usted mismo”. Se trata de un microcoche de 500 piezas que, cual mecano, podemos montar personalmente en nuestro garaje en sólo tres días. El fabricante de este vehículo es la firma Mitsuoka Motor, décimo constructor por importancia de las islas niponas.

No se trata de un nuevo “coleccionable”, ya que todas las piezas vienen juntas. El coche, que tiene aspecto retro de deportivo de los años 30, mide 2,5 metros de largo y monta un motor de 55 centímetros cúbicos. Ahora, necesitaremos el carnet de conducir para poder hacer uso de él por carretera.

Ahora que se acercan las navidades el K4, así se llama el modelo de la firma japonesa, es el regalo perfecto para los que sienten pasión por los coches y que además estén dispuestos a recordar los tiempos en los que todo surgía del trabajo de nuestras manos.

Realmente el K4 no es un concepto innovador, pues en países como Inglaterra, por ejemplo, existe la posibilidad de comprar modelos de réplica para armarlos en casa. Incluso marcas deportivas británicas como Caterham, surgida tras la compra de un modelo de Lotus -el “7”, número que ahora reza en sus parrillas- por su propietario,  Graham Nearn, nacieron con la misma idea de crear réplicas deportivas con aire retro para montar en casa.

La gran diferencia entre los Caterham y el K4 de Mitsuoka Motor es, obviamente el precio. Mientras el primero, que ya no se vende bajo el sistema “móntelo usted en casa”, cuesta 27.000 euros en su versión más económica, el K4 cuesta 5.000 euros, aunque sólo alcanza los 50 kilómetros por hora. El Caterham por su parte, que tiene dos versiones, monta motores de 1.6 y 1.8 litros, respectivamente, con lo que sus prestaciones son de auténtico bólido.

El K4 no es, en definitiva, un deportivo real, puesto que además está encasillado dentro del grupo de “microcoches” pero realmente se trata de un modelo curioso que puede llegar a divertirnos y del que podemos disfrutar si tenemos un sitio donde poder guardarlo y carreteras tranquilas por las que poder dar una vuelta. Su inconveniente es que, como buen deportivo, se trata de un monoplaza, con lo que no podremos compartir el paseo. Pero sí nos permitirá volver a ser niños con “zapatos nuevos”.

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