Un Cervantes para el antipoeta

De estatura mediana,
Con una voz ni delgada ni gruesa,
Hijo mayor de profesor primario
Y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento
Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas
Y de más bien abundantes orejas;
Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas
Y una nariz de boxeador mulato
Baja a la boca de ídolo azteca
-Todo esto bañado
Por una luz entre irónica y pérfida-
Ni muy listo ni tonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!

Así se define a sí mismo Nicanor Parra, el poeta “antipoeta” que, a lo largo de su dilatada carrera, ha sabido transformar la lírica tradicional hispanoamericana en algo completamente diferente a lo que propusieron sus predecesores. Despojándose de lo enrevesado, del leguaje culto y, en ocasiones rebuscado, de los temas épicos y las comparaciones grandiosas;Nicanor Parra elabora una suerte de estilo -la “antipoesía”- que pretende transmitir, principalmente, las vivencias del hombre de clase media. Para hacerlo, abandonará todo cultismo, expresándose mediante un lenguaje directo y cotidiano, lleno de ironía, y logrando causar un gran impacto en sus lectores.

La antipoesía se basa en la premisa de que la belleza ya no sirve deleitmotiv para conmover al hombre contemporáneo, es la vulgaridad de lo cotidiano lo que le interesa. Una cotidianidad ante la que esta poesía se muestra escéptica y demoledora, sacando a la luz sus incongruencias de forma burlesca y sarcástica.

Su fundador, el recién galardonado Nicanor Parra, propuso esta forma de literatura que, como es lógico “desacraliza” también la figura del propio poeta, allá por 1954, cuando su primera publicación en este sentido vio la luz. “Poemas y antipoemas” en seguida llamó la atención de un público deseoso de descubrir nuevos caminos artísticos. Y es, precisamente, es espíritu de búsqueda lo que le ha conducido hasta El Cervantes, según las propias palabras de Carmen Caffarel que, un año atrás, cuando se le otorgó el Premio al Poeta, afirmo: «el Premio Cervantes reconoce esta vez no solo la valía de un creador universal, sino también la necesidad de la búsqueda de nuevas formas de expresión y la exploración de las fronteras comunicativas del ser humano».

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