Todo aquello que no se ejercita, ya se sabe, deja de funcionar correctamente. Con la memoria ocurre exactamente lo mismo, si no la trabajamos vamos perdiendo capacidad para pensar y recordar. Evitarlo es muy sencillo, basta con practicar gimnasia mental, hasta realizar alguno de los talleres especializados en desarrollo de la memoria, o dedicar un rato al día a juegos que requieran de atención y recordar.
Entrenamiento mental. El normal deterioro de la memoria y las capacidades intelectuales por el paso de los años puede retrasarse si seguimos unos sencillos consejos: llevar una alimentación sana; evitando el consumo de alcohol y tabaco; realizando ejercicio físico a diario; tratando de alejarnos de situaciones de estrés emocional y dedicar tiempo a actividades recreativas; mantener una vida social activa; y, hacer ejercicios mentales ya sea nosotros solos, en talleres o con la ayuda de juegos.
En casi cualquier actividad de la vida cotidiana podemos aprovechar para hacer trabajar la memoria. En la compra, por ejemplo, un buen ejercicio es tratar de hacer los cálculos de lo comprado mentalmente; si entramos en una tienda o consulta, contar cuántas personas hay y tratar de memorizar su indumentaria; si vemos una película tratar de retener todos los detalles posibles,…
Los despistes, muchas veces más relacionados con la personalidad que con el desarrollo de la memoria, se pueden sortear con algunos trucos en función del tipo de memoria que tengamos más desarrollada. Así, si es la visual, podemos valernos de imágenes para recordar ideas; o si es auditiva, de sonidos o frases hechas por nosotros.
Este objetivo es el que se persigue en los talleres de mejora del rendimiento mental y la memoria organizados por muchos departamentos de salud de diferentes localidades españolas. Estos cursos, que se imparten gratuitamente a los mayores de 50 años, incluyen ejercicios de memorización y juegos de entrenamiento mental en grupo para la prevenir una posible perdida de memoria.
Los pasatiempos, crucigramas, sudokus, acertijos y puzzles, pueden ayudarnos y amenizar el trabajo de la memoria. Unos minutos que, sin esfuerzo, son fundamentales para una mejor calidad de vida senior.
