Tokio, la ciudad de la vanguardia y el consumo

La capital de Japón es uno de los destinos más recomendables del planeta, la excelente calidad de sus servicios y el amabilísimo trato de los autóctonos han conseguido que esta urbe se posicione como la sexta del mundo más visitada por turistas internacionales. No es extraño, ya que la ciudad más poblada del planeta cuenta con ofertas culturales y entretenimientos para todos los gustos, sin olvidarnos de otros dos de sus puntos fuertes: la baja criminalidad y su extrema limpieza, que impera incluso en el metro, donde nadie parece sorprenderse al encontrar personas frotando los azulejos del suelo o los pasamanos de las escaleras mecánicas.

Por otra parte, los amantes del consumo, las compras y la moda, encontrarán en Tokio más que un paraíso. Todas las grandes firmas internacionales poseen uno o varios edificios -que no tiendas-, en muchos casos proyectados por arquitectos de fama internacional, por lo que ir de compras se convertirá también en un placer para quienes saben apreciar el buen diseño. Este es el caso del edificio de Prada en Aoyama, una obra del genial dúo de arquitectos formado por Herzog y de Meuron; del de Hèrmes, creado por Renzo Piano; o el de Tod´s, construido por Toyo Ito. Para quienes prefieren los mercadillos o las tiendas pequeñas con prendas exclusivas, existe el barrio de Harayuku, todo un referente internacional en cuestiones de moda y tendencias, donde los coolhunters de todo el mundo viajan para inspirarse.

Tokio es también un destino conocido internacionalmente por su gran oferta tecnológica y, una vez más, nos encontramos con todo un barrio especializado en este sector. Se trata de Akiba o Akihabara, la Electric Town de la ciudad, donde se dan cita los amantes de los videojuegos y el cómic, de la fotografía y las nuevas tecnologías, en general. Es un barrio sorprendente por sus luces de neón, donde no es raro ver cruzarse en un semáforo a ejecutivos uniformados, con camisa blanca y corbata negra, con grupos de gente disfrazada como sus personajes de cómic favoritos.

Los grandes rascacielos, con una réplica de la Torre Eiffel incluida, y sus punteros servicios, donde se ponen en uso multitud de innovaciones técnicas, contrastan vivamente con la tranquilidad de sus hermosos jardines, así como con la zona más antigua, el barrio de Asakusa. Construido en torno al templo budista Sensoji (645 d. C.), esta zona conserva todo el encanto del antiguo Edo, gracias a sus callejuelas con pequeños comercios y restaurantes que, como en toda la ciudad, muestran en sus escaparates multitud de platos con réplicas de plástico de lo que se sirve en el interior, algo que puede parecer muy sorprendente a priori, pero que resulta de gran utilidad cuando te encuentras con una carta escrita únicamente en japonés.

Pasear por un jardín de bonsáis, degustar sushi fresco a primera hora de la mañana en el mercado de la bahía, tomar una copa en el último piso de un rascacielos, recogerse en un antiguo templo budista, degustar un café servido por una chica disfrazada de colegiala o irse de compras por Shibuya, uno de los epicentros más consumistas del planeta, son sólo algunas de las opciones para disfrutar de esta ciudad, en la que, sin duda, sus contrastes no dejan de sorprender.

Comentarios

Deja un comentario