Tiempo libre a la japonesa

Desarrollar el espíritu, la paciencia, la concentración y la capacidad creativa es cosa de vital importancia a lo largo de toda la vida, pero quizá, durante la época de madurez sea cuando más se aprecian este tipo de cualidades tan profundas que, sin duda, son fundamentales para el crecimiento de todo ser humano.

Existen muchas formas de desarrollarlas durante el tiempo libre y una de las más originales y agradecidas es practicar el Ikebana, una forma ancestral de arte floral que nace en Japón ante la necesidad de adornar los templos budistas. Se popularizó cuando estas composiciones vegetales salieron del ámbito religioso para ornamentar las ceremonias del té y, cerca de 1850, practicar Ikebana había dejado ya de ser una costumbre reservada al mundo místico y cortesano.

Practicar esta forma de arte puede ser muy beneficioso para el público senior, que encontrará en su concentrada y esmerada técnica una forma relajante y bella de alejarse de la ajetreada vida diaria. En sí mismo, hacer Ikebana significa algo así como “conservar viva la naturaleza dentro del hogar”; su práctica está regida por estrictas normas, aunque su esencia podría resumirse como la búsqueda de una creación lo más perfecta y armoniosa posible, basándose en la sobriedad; imitando la gracia y la espontaneidad propia de la naturaleza. En este sentido, las creaciones de Ikebana se enmarcan dentro de uno de los principios estéticos más importantes para todo japonés: iki. Este término -que en inglés suele traducirse como Chic- tiene un significado bastante complejo. Algo puede definirse como iki cuando es sobrio, elegante y no llama la atención; cuando su belleza reside en la armonía y el silencio, cuando pasando desapercibido, está sin embargo lleno de encanto.

Existen en España numerosas escuelas donde aprender Ikebana durante el tiempo libre, e incluso una asociación española dedicada a este milenario arte que tiene millones de seguidores por todo el planeta. Estimular la creatividad, la paciencia, la concentración o aprender a amar la belleza de lo silencioso; son algunos de los beneficios de esta práctica que, unidos al placer de poder disfrutar en casa de estos pequeños fragmentos naturales, convierten este hobby en un valor seguro para disfrutar de los ratos de ocio.

Comentarios

Deja un comentario