Es una comedia dramática en la que el protagonista es un viejo cascarrabias llamado Vincent (Bill Murray) que tiene como nuevos vecinos a una madre recién divorciada (Melissa McCarthy) y su hijo.
El pequeño está atravesando un mal momento ya que no lleva bien la separación de sus padres y le cuesta aceptar la nueva realidad de su vida. Pero todo cambia cuando su madre tiene que irse a trabajar para sacar adelante al niño y se ve obligada a pedirle ayuda a su vecino en el cuidado del menor.
Vincent es un veterano de guerra con un agrio carácter y no parecen gustarle en exceso los niños, sin embargo, acepta la petición de la madre a cambio de dinero y se hace cargo del pequeño. El vínculo entre ambos se va estrechando rápidamente.
Y aunque el anciano no es el mejor ejemplo para un crío de doce años, algo que a la madre le altera en algunas ocasiones, lo cierto es que ambos se complementan, se tienen mucho cariño, y, sorprendentemente, Vicent consigue ejercer una buena influencia sobre el chico.
Una vez más, también en la gran pantalla, los mayores somos protagonistas. En este caso un anciano que, aunque un poco gruñón, cuida del hijo de su vecina, le defiende, le protege, le da cariño y sirve de ejemplo al niño.
Una película muy recomendable y entretenida que seguro nos sorprende en algunas escenas y de la que se obtienen varias lecciones de vida y amistad…
